domingo, 19 de septiembre de 2010
La escritura o la vida
Nota sobre el libro: “Pensar en Europa” de Jorge Semprún
Frente a tanta discusión,tanto comentario cínico sobre los momentos oportunos para hablar de la tortura, el martirio y las experiencias en cáceles y centros clandestinos de detención, no pude dejar de pensar en Jorge Semprún quien confesó en su libro “La escritura o la vida” que hablar de su experiencia en Buchenwald le había resultado tan insoportable que eligió el olvido y el silencio durante muchos años para poder sobrevivir.
Me permito transcribir aquí un artículo que escribí hace tres años cuando se publicó “Pensar en Europa”
La primavera había llegado también a Buchenwald por muchas razones. No sólo porque el alambrado que había convertido a ese lugar en un campo de concentración para presos políticos desaparecía, momentáneamente, con el final de la Segunda Guerra Mundial, sino porque un hombre de veinte años, llamado Jorge Semprún, descubría que lo que empezaba con ese final era “la vida después del sueño de la muerte” o, tal vez, “el sueño de la muerte que iba a prolongarse”
Pero ese día el joven Semprún no se lanza a la calle después de tanto encierro sino que cumple, una vez más, con el ritual de sus domingos en Buchenwald: Se acerca al árbol de Goethe para despedirse. Ese árbol que acompañaba a Goethe en sus meditaciones había quedado prisionero como un disidente político más, bajo las garras del nazismo. Había soportado una bomba de fósforo de la aviación norteamericana y ese día de 1945, Semprún se tomó el tiempo para observar que algunas de sus ramas “volvían a reverdecer”
Jorge Semprún se convierte con los años en un escritor, un intelectual, que a pesar de haber nacido en Madrid, de haber luchado en la resistencia francesa durante la ocupación alemana (decisión política que le valió su estadía en el campo de concentración) y de haber establecido una relación problemática e íntima con la cultura y la lengua alemana, se define como un sobreviviente de Buchenwald y desde allí funda su identidad.
El itinerario que traza el libro “Pensar en Europa”, publicado en el año 2007 por Tusquets, es el de un hombre que ha transitado conflictivamente por la experiencia del testimonio. En su libro”La escritura o la vida” relata ese momento en el que sintió que su experiencia del horror era intransferible: “habría sido imposible sobrevivir a la escritura. El único desenlace posible habría sido la muerte”. Se vio obligado a elegir entre la literatura o la vida: “Opté por la vida pero, al optar por ésta, tuve que abandonar el proyecto vital de ser escritor. Tuve que optar por ser otro, por no ser yo mismo para seguir siendo algo: alguien”.
Con el tiempo, logra despojarse del silencio como lo demuestran la cantidad de charlas y conferencias que en “Pensar en Europa”, funcionan como catálogo de las numerosas intervenciones políticas que ha realizado Semprún en los últimos veinte años.
Tal vez, esas obstrucciones que no evitaron el pasaje hacia la escritura, estaban marcadas por el descubrimiento del Mal como algo esencialmente humano.
El poeta Erich Muhsem es torturado en el campo de concentración de Oraniemburg. Los S.S. logran dejarlo casi ciego, casi sordo. Para completar el juego deciden entregárselo a un chimpancé, convencidos de que el animal continuará con la tarea que tan hábilmente ellos llevaron a cabo, pero el chimpancé, al ver el deterioro que padece el poeta, lo abraza y acaricia.
El hombre es, ante todo, un ser débil. La aniquilación de la piedad fue uno de los pilares del adoctrinamiento nazi. Semprún recurre a este ejemplo para advertir sobre la necesidad de fundar una política basada en esa fragilidad y desnudez. Como el filósofo argentino Oscar Del Barco, hace una defensa de los mansos y reconoce que cualquier síntoma humanista ha generado fastidio y molestia también, en la acción de la izquierda.
Como una dolorosa muestra, Semprún señala que ese campo de concentración de Buchenwald que conoció la primavera en 1945 fue, años después, un campo de concentración comunista durante la ocupación Rusa en Alemania.
Esos son los datos de la historia pero Semprún logró convertir a Buchenwald en una materia contradictoria y polémica de pensamiento, en una literatura que no siempre deberá tener ese sabor a muerte que llevaría a abandonarla.
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