tag:blogger.com,1999:blog-8690941675144372562024-03-12T16:59:39.720-07:00lalogiadelosescritoresuicidasNotas sobre polílica y literaturaalejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.comBlogger128125tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-63621847653029030642016-02-10T12:48:00.001-08:002016-02-10T12:48:34.541-08:00Esculpir en el tiempoEl trazo lo construye Belacqua que, como buen personaje beckettiano, no sabe
lo que quiere ni hacia donde va. El joven está enamorado de la cintura para
arriba y conoce a una serie de personajes que el narrador se encargará de ir
catalogando en torno a la inmediatez o permanencia que decida darle en el
espacio de la trama.<br />Como una suerte de reflexión, de ensayo novelístico
donde la voz del narrador hace partícipe al lector de sus decisiones, pero
también como un premonitorio recurso borgeano donde el nombre del autor aparece
estampado en la página y entonces, naturalmente, se convierte en personaje,
Samuel Beckett juega en este experimento narrativo que es su primera novela
llamada Sueño con mujeres que ni fu ni fa.<br />Las mujeres son figuras grotescas,
descomunales y apabullantes. Un tanto fálicas, también, como es el caso de
Smeraldina - Rima, mujer violadora capaz de todas las acciones que el pobre
Belacqua se niega a ejecutar.<br />El escritor en sus comienzos se inspira en la
obra de su maestro, James Joyce y allí está esa poética guarra, esa risa un
tanto irónica y también la gimnasia con las palabras que construye un recorrido
aparte, porque, como ocurre en Retrato del artista adolescente o en Ulises, esta
novela escrita originalmente en inglés en 1932, parece un mapa, un sendero
dibujado para caminar más que para leer.<br />Es también una indagación
arqueológica en los archivos de esa versión beckettiana que tuvo su comienzo y
su final con este texto pero que podría haberse ensanchado en una exuberancia
del lenguaje, en una mezcla de idiomas, en ese momento de impasse en el hotel
Trianon de Paris donde el joven irlandés se enfrenta a un volcán interior.
Entiende, como Belacqua que hay muchos Beckett, que su temperamento es también
una pieza literaria que deberá pulir para encontrar algo que en Beckett nunca
tendrá el nombre de estilo. Será tal vez una voz, un sello en su escritura
inconfundible que se construirá en el rechazo a toda pretensión estética. Hay
aquí una forma que poco tiene que ver con los textos que lo convirtieron en
genio. Es la obra de un hombre exiliado de la vida literaria y académica que
comienza a separarse de Joyce y descubre que su relación con las mujeres será
por siempre tortuosa. Es el momento previo al descubrimiento de la propia
identidad como artista, un instante de talento desbocado, de ajuste de cuentas y
también de una preciosa confusión. <br />Las escenas se construyen a partir de un
código burlesco desatado por la ambigüedad de Belacqua, un muchachito que no
parece hecho para la vida de carne y hueso sino para esa otra que sucede en su
cabeza, o en el interior del túnel donde se sumerge cuando la angustia se parece
demasiado a una mueca. Como en Joyce es en el pensamiento desvariado de Belacqua
donde realmente se desarrolla una historia que, contradictoriamente, se esfuerza
por mostrarse inaprensible para el lector. Todo se enmaraña y se complica porque
el protagonista es un extraño en cada suelo que pisa. <br />Belacqua es un
intento de poeta que prefiere soñar con la amada más que tenerla, seguramente
porque no la ama pero simula quererla con el sinsentido propio del mundo
beckettiano. Es que el joven está por fuera de los hechos y no entiende los
arrebatos de esas mujeres tan carnales.<br />Esa reelaboración que la literatura
hace de la anécdota se multiplica en un tono barroco, en un disfrute por
enmarañar el germen de una escena simple. Belacqua es una excepción y como tal
demuestra un estado de inferioridad frente a los hechos. <br />Existe una voluntad
de crear una suerte de cubismo literario donde las acciones son tajeadas,
partidas y a su vez minuciosamente observadas, dueñas de infinitas telarañas.
Hay un deseo de escribir sobre lo invisible.”La experiencia del lector tendrá
lugar entre las frases, en el silencio, le será comunicada en los intervalos, no
en los términos del enunciado.”<br />Un escritor que se corrige, que vuelve sobre
lo escrito para ponerlo en duda. No es la peripecia lo que construye la
ingeniería de la novela beckettiana sino un territorio de posibilidades. Si
Joyce narraba desde el fluir de la conciencia, Beckett parece contar desde su
propio inconciente. <br />Tal vez el origen de todo se encuentre en una mujer. En
la frágil Lucía Joyce, cuya esquizofrenia sirvió de estímulo al padre para
derivar en una narrativa casi imposible, como ocurre en Finnegans Wake, novela
que Beckett tradujo al francés.<br />La chica se había enamorado de Beckett y los
desaires del joven irlandés que tal vez como Belacqua tenía por norma el mal
carácter y el humor taciturno, fueron el perfecto combustible de esa locura que
se manifestaba en un lenguaje que seducía al padre y al discípulo por igual. De
Lucía extirparon lo indecible y la chica fue eternamente un personaje
beckettiano. <br />Es que la novela es profundamente autobiográfica. Lo que
Belacqua quiere es habitar su mundo interior, disfrutar de su tristeza y
refugiarse en la uterotumba. Son las figuras femeninas, disfrazadas de los
nombres reales de aquellas mujeres que por ese entonces sacudían la vida del
autor de Esperando a Godot, las que lo obligan a una experiencia que no
despierta en él ningún atractivo. <br />Pero también Beckett se propone discutir
las formas de la novela tradicional, que ya había sido desarmada sagazmente por
Joyce, al establecer niveles de intertextualidad. Sus personajes y sus acciones
pierden la prolijidad de la novela burguesa para derramar una infusión de vida.
Las discontinuidades y las incoherencias de Belacqua funcionan como un intento
de convertir la literatura en algo más parecido a la percepción real de los
hechos. <br />Las palabras tienen un protagonismo contundente en un autor que
meses después se zambulliría en el psicoanálisis para pasar por varias
reclusiones creativas hasta renacer como ese escritor austero y despojado que
sorprendió al mundo con su majestuosa manera de esculpir en el tiempo.
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLgkDTivGEzj6UGjhE5CRTERURrhll3uXO7ZLTBiKOQpJN1_QdBWdL8p3S1q_lH-cnCuliUrDAz6UJR1ULXuBgLvRDZvAZ25ohyphenhyphenFGw4Cf50GGJuttxrF06uW3vbTDa6OmPFXNgqB3Ly8Y/s1600/becket_home-image1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="189" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLgkDTivGEzj6UGjhE5CRTERURrhll3uXO7ZLTBiKOQpJN1_QdBWdL8p3S1q_lH-cnCuliUrDAz6UJR1ULXuBgLvRDZvAZ25ohyphenhyphenFGw4Cf50GGJuttxrF06uW3vbTDa6OmPFXNgqB3Ly8Y/s320/becket_home-image1.jpg" width="320" /></a>Sueño con mujeres que ni fu ni fa - Autor Samuel Beckett<br />
alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-81914611118770109732016-02-09T11:55:00.001-08:002016-02-09T11:55:22.565-08:00Artaud lengua madreLa vibración empieza mientras el público entra a la sala. Los actores frente
al micrófono y un cordero en el centro, que los separa. Ellos también tienen un
pantalón hecho con piel de cordero, lo que lleva a pensar que ese sacrificio los
involucra, que Artaud fue un mártir y que ellos, Gabo Ferro y Emilio García
Wehbi, van a ser versiones insensatas, imposibles del poeta francés, que van a
tocar allí donde el padeció y donde supo crear sin ser él. Pura empatía que
lleva a entenderlo y también a desviarse, a usarlo de inspiración, a entrar en
una línea asociativa infinita. <br />Ellos leen frente al micrófono y la palabra
se vuelve proclama, acto político, más allá de que su forma poética pueda
tornarla inaprensible. Algo quedará en el aire, algo dejará una huella. La
música opera en esta experiencia escénica como interferencia, como una forma que
viene a tapar la palabra, a forzar su decir, a competir con otra sonoridad.
<br />En los textos poéticos que García Wehbi y Ferro componen enlenzados con
frases de Artaud, la teatralidad está en el modo en que esa palabra se hace
presente en un escenario. <br />La selva contenida en el rectángulo de una mesa
poblada de plantas y cables, y otros micrófonos hablan de ese espacio primitivo
al que Artaud quería volver. La palabra política está impregnada de un desagrado
frente al mundo más cercano, de una parodia de las instituciones acotadas al
libro de comunicaciones de unos niños un tanto perturbados. <br />En García Wehbi
la mezcla es virtuosa. Lo que parece abstracción se enlaza con la coyuntura de
una manera acertada. La rispies de la palabra dólar en un territorio donde el
arte y su influencia sobre la vida, el modo en que la vida es la carne del
artista, no deja de marcar la armonía. Hay una inteligencia en García Wehbi para
incorporar lo inmediato en su territorio po+ético que habla de su inteligencia
para leer la política. Si en la sucesión de antinomias que Ferro enumera el
final se reduce a peso dólar, es porque la época que está por empezar se propone
sustraer toda espesura ideológica para dejar la escuálida desesperación por un
billete. <br />La estética de Artaud es irreproducible, se limita a su experiencia
y sólo es posible en la figura de ese actor y teórico del teatro que vomitaba en
la Comedia Francesa. Wehbi y Ferro lo entienden, por eso toman su escritura, sus
palabras y ese espíritu de batalla contra el teatro como entretenimiento
burgués, como punto de partida para un proyecto que debe repensarse en un
presente donde muchas de las inquietudes de Artaud pueden sonar antiguas.
<br />Recuperar esa actitud que desgarraba lo social como mentira, que se
enfrentaba al comportamiento ordenado para desear la aparición de la peste,
presenta muchísimas dificultades de ser pensada en un contexto atravesado por la
ironía, donde todo comportamiento antisistema es debilitado en su sustancia, en
su posibilidad de lucidez. Artaud: lengua madre se interna en esa dificultad,
asume el riesgo y gana en esta aventura porque entiende que debe complejizar al
extremo0 ese malestar. No hay ingenuidades en el trabajo de Wehbi y Ferro,
tampoco apología del martirio. Se deciden por la artificiosidad de la escena,
por lo falso, delatan la postura y la incorporan a la trama. Usan la performance
como soporte y la abandonan para entrar decididamente en el teatro. Se burlan de
las formas actuales del manifiesto y lo invocan como género para
distorsionarlo. Hacen entrar a las partículas del universo Artaud en un juego
de tensiones, las ponen a disputar entre ellas. El teatro se convierte en un
duelo entra esa palabra, esos cuerpos y todo lo que allí podría suceder si el
drama fuera tomado en serio, fuera real, si la tentación del aura del artista
maldito los tomara por completo. <br />Las imágenes son una forma narrativa en
García Wehbi pero no se complacen en la belleza, soportan el límite. Si en
Hécuba o el gineceo canino, Maricel Álvarez parecía a punto de desfallecer con
esa palabra tormentosa que no le daba tiempo a tragar, con la saliva, el llanto,
los mocos derramándose casi como si la muerte fuera una posibilidad dramática,
en Artaud: lengua madre, García Wehbi deja que su cabeza se entierre en un cono
de piedras que le impiden respirar. El ejercicio de resistencia de ese cuerpo se
nutre de los riesgos que Artaud auguraba a su teatro. No se trataba de sentarse
cómodamente sino de entrar en un sitio del que se podía salir transformado. No
habrá forma de contar la muerte más contundente que esa pantalla de velador
invertida en el cuello de García Wehbi repleta de piedras porque se trata aquí
de hacer brotar sensaciones, de darle a lo que pasa una forma física que el
espectador sentirá en su propio cuerpo. <br />La conferencia como un espacio
donde la teoría entra en una forma dislocada pero que no impide que el
pensamiento aparezca. La lengua del culo, que parece una caricatura
arqueológica, instala una imagen del cuerpo como zona escatológica que no deja
de plantear un sentido, de expresar un lenguaje de forma salvaje y es allí donde
Artaud se une a la teoría de Julia Kristeva que encuentra en el parto y en la
escritura poética una forma primaria donde acontece una verdad. Ese cuerpo que
lanza otro ser al mundo en una ráfaga de sudor y placenta, que se ve violentado,
invadido por una experiencia que no puede terminar de controlar, experimenta
algo similar a esa peste que invocaba Artaud. <br />García Wehbi y Ferro buscan
que el espectador de hoy pueda asomarse a un lenguaje que no se ordena en un
relato lineal, en una forma escénica que no consigue ser contada, que obliga a
ser vivida sin la demanda permanente de entendimiento pero no hace de esa
experiencia primera, anterior a la cultura un territorio al que se debe
regresar. La naturaleza aparece recortada, falsa, las plantas sobre la mesa
invocan una selva de cuadro, armada por sujetos que la utilizan como una
escenografía acotada, interferida por cables y luces. No existe un mundo fuera
de esa tecnología. La enfermera que llega para sacar sangre vuelca kechut en el
brazo de García Wehbi. El dolor como la institucionalización entran en la
maquinaria del consumo. La guitarra eléctrica destrozada es el lugar común del
rockero rebelde. Su desparpajo es otra señal de una sociedad que desperdicia y
rompe, como los panes de hamburguesas cubriendo el escenario de la sala Casa
Cuberta en Gólgota Picnic, la obra de Rodrigo García donde el dramaturgo
argentino insultaba a la sociedad de consumo para mostrar el derroche en escena,
para tirar lo que otros necesitan. Claro que lo hacía con belleza, con
inteligencia, con la brutalidad de quien entiende que el consumo es la forma
material del sinsentido. Daña y tira lo que otros acumulan.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-63395487375533224002015-05-10T13:43:00.001-07:002015-05-10T13:43:33.764-07:00Los límites del llamado periodismo militante. Sus flaquezas y los riesgos a futuro <br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmx34rewruplTy_G4OCocG3GTMK5qMbXxasQXYDp0vehM4_TvNSw7KrOi5qO_NbxVjgWdeoav31M1CgLXIdI-CbKYOH0GswV1Hu4hMeYSo_LeyJMWNtnXouuSwFKmhqXOBD1ruhb78kXU/s1600/562887_10150765847303830_1372894007_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="239" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmx34rewruplTy_G4OCocG3GTMK5qMbXxasQXYDp0vehM4_TvNSw7KrOi5qO_NbxVjgWdeoav31M1CgLXIdI-CbKYOH0GswV1Hu4hMeYSo_LeyJMWNtnXouuSwFKmhqXOBD1ruhb78kXU/s320/562887_10150765847303830_1372894007_n.jpg" width="320" /></a></div>
Se ha llegado a un límite. Si en un principio era necesario revelar para la inmensa mayoría los mecanismos que hacían a la construcción de una noticia. Si era urgente demostrar que las creencias de una población se debían a la influencia, a la capacidad que el poder mediático tenía para convencer por encima de un poder político que se mostraba sumiso y débil. El impulso por disputar el lenguaje mediático que hizo el gobierno nacional tuvo sus etapas lúcidas, donde las herramientas para comprender y analizar el discurso mediático fueron distribuidas desde el canal público. Hoy ese prédica está entrando en una zona monótona donde ya no genera pensamiento.<br />
En este punto quiero aclarar que la preponderancia del discurso mediático ( que es político) sobre el político institucional tuvo que ver con que supo generar mecanismos de identificación con la sociedad, al mismo tiempo que la política se alejaba y se convertía en un espacio que no daba respuestas, era un factor de obstrucción y se debilitaba su interés en involucrar al pueblo en su enunciación. Lo digo para despejar la maleza frente a aquellos que se defienden diciendo. “Ustedes creen que la gente es tonta” No, yo creo que hay sectores que han sabido interpretar mejor que otros lo que le pasaba a la ciudadanía y que utilizaron sus deseos y frustraciones a su favor. <br />
La discusión sobre el periodismo no sale fortalecida en estos años, o, al menos, no se ha hecho con la suficiente rigurosidad.<br />
Entre muchos de los aspectos que para mi se han debatido mal o sobre los que se ha construido un discurso sin pensar mucho en sus consecuencias, quiero seleccionar, en primer lugar, la discusión sobre objetividad y subjetividad.<br />
Me preocupa que voces kirchneristas repitan tan livianamente que la objetividad no existe y que todo dato es construido.<br />
Por supuesto que yo considero que la objetividad, tal como la definen ciertos medios predominantes, tiene que ver con el establecimiento de un lugar común, de un discurso que es presentado como la realidad y sobre el que buscan cerrar la posibilidad de cualquier cuestionamiento. Los hechos sustraídos de ideología suelen ser falsamente llamados objetivos.<br />
Pero, señalado esto, yo creo que es muy peligroso decir que no hay hechos objetivos. Primero porque se estaría cayendo en un relativismo extremo que pondría en duda un asesinato, una tragedia, es decir, que no sentaría las bases de ninguna creencia, de ningún dato sobre el cual elaborar interpretaciones.<br />
En una entrevista que le hice a José Pablo Feinmann para la revista Debate le plantee esta discusión ( que es imposible de dar con colegas) y transcribo aquí parte del diálogo<br />
<br />
Usted sostiene que los medios crean ficción, que no les importa el dato objetivo sino que construyen realidades, inventan hechos. Cuando a veces desde el periodismo que discute a los medios hegemónicos se sostienen premisas como “la objetividad periodística no existe” ¿No se corre el riesgo de caer también en esa construcción de ficciones? ¿Si la objetividad periodística no existe como se sostiene una frase como “Clarín miente“? Esta claro que esta frase supone una verdad que Clarín estaría eligiendo no contar. Por lo tanto esa verdad sería indiscutible, estaría por encima de las ideologías.<br />
<br />
- Hay que analizar qué es la verdad y qué la mentira, que surge de qué es la verdad. La mentira sería la no verdad. Para establecer la no verdad habría que establecer la verdad y la verdad yo no creo que sea una. Cuando Foucault dice la verdad es de este mundo quiere decir que hay una lucha por la verdad. La verdad termina siendo la verdad del más fuerte, del poder, del que puede imponerla. Clarín miente es una frase que pertenece al campo de las verdades. No es la verdad, el gobierno dice Clarín miente, Clarín dice, Clarín no miente, ahí tenemos que decir cuál es la verdad y bueno, la verdad en las últimas elecciones es, clarín no miente porque las ganó clarín y con la ley de medios lo que se intenta, para usar la frase de Jacques Derrida , es deconstruir el monopolio, una vez deconstruido Clarín va a poder mentir, como lo dice el gobierno, por menos bocas. Se va a poder jugar en condiciones igualitarias. La historia se hace en base a conflictos de verdades transformadas en ideologías, en creencias religiosas, en estrategias guerreras, de esos choques al final gana una verdad.<br />
<br />
Me parece peligroso decir que la objetividad periodística no existe porque caemos en un relativismo extremo. A Kosteki y Santillán los mataron y ese es un hecho objetivo. Después Clarín va a decir que lo mató la crisis y Página 12 va a mostrar la foto del asesino.<br />
<br />
- Eso es un hecho, es fáctico, verificable, nadie lo puede negar porque todos tienen que partir de ahí. Después están las interpretaciones que lo mató Duhalde, que lo mató la crisis, que los mató una conducción equivocada . La verdad va a surgir de quien tenga más poder para imponer su verdad<br />
<br />
Pero eso no fue lo que pasó en este caso. La sociedad reaccionó ante la tapa “La crisis causó dos nuevas muertes” a pesar del poder de Clarín<br />
<br />
-Estoy totalmente de acuerdo con vos y entramos en otro territorio, cómo el sujeto puede liberarse de la mentira que le venden como verdad. No siempre se puede manipular la subjetividad del espectador, de hecho, cuando muere Kirchner hay una movilización espontánea que no pudo ser impedida por los medios. Después de varios años de que los medios dijeran que era un canalla, un ladrón, un autoritario, el día que muere van miles de personas, a llorarlo. Ahí se atraviesa la malla del poder mediático y hay un momento en que tiene que aparecer la conciencia crítica. Para ir a un ejemplo filosófico descollante. Hegel siempre dice que Descartes es un héroe de la filosofía porque en medio de una sociedad aristotélico- tomista, con la inquisición funcionando, sin embargo dice voy a dudar de todo, voy a utilizar la regla de la duda como método. Lo cual implica en un primer momento dudar de dios, entonces ya no es dios el que hace la historia sino que la empieza a hacer el hombre. La historia se acelera y en un siglo y pico viene la revolución francesa después de trece siglos de edad media en los cuales los hombres estuvieron sometidos a dios. Cuando el hombre siente que es su propia verdad la que él tiene que buscar, ahí empieza una gran etapa. Hay una frase de Sartre que cito constantemente porque estoy enamorado de ella “Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él“. Constantemente hacen con nosotros algo que ellos quieren que seamos pero en determinado momento nos damos cuenta y empezamos a fabricarnos a nosotros mismos y ahí si pierde el poder mediático<br />
<br />
Creo que desde el periodismo kirchnerista se tiene una gran falta de rigor para abordar este tema. Del mismo modo que considero que nos estamos acercando a los límites del llamado periodismo militante.<br />
Por supuesto que está claro que un periodista del grupo Clarín ejerce un periodismo mucho más descaradamente militante que el que realiza cualquier periodista ubicado en las filas del kirchnerismo y que es mucho más manipulador porque disfraza su ideología. Pero basta con asomarse un rato a un programa como “Intratables” para terminar de comprobar como el periodismo militante anula toda posibilidad de pensamiento y termina siendo funcional a una política del show y la frivolización, que es lo que tiene lugar en ese programa. Que desde un formato donde se busca la despolitización se hayan apropiado del periodismo militante para mostrado como una forma bufonesca de presentar la política, obliga a repensar las formulas, los soportes, los modos de comunicar cuando de discutir las ideologías de sometimiento que se distribuyen desde el poder mediático se trata.<br />
En ese programa las figuras periodísticas que se presentan son absolutamente esteriotipadas. Los que ocupan el rol de periodistas kirchneristas tienen que autoafirmarse en ese lugar y defender cualquier cosa que surja del lado del gobierno. Los que juegan el rol de periodistas no kirchneristas tienen que sobreactuar una oposición que nada tiene que ver con la crítica.<br />
De ese modo se anula la posibilidad de contradicciones hacia el interior de la ideología que cada uno sustenta. Todos sabemos que se ejerce el periodismo desde un lugar ideológico determinado y que la ideología no implica pertenecer a un partido político o adherir a un gobierno, doy por superada esta afirmación para discutir otra cosa.<br />
Se puede, y de hecho sobran los ejemplos, simpatizar con el kirchnerismo y con cualquier otro partido político y tener una mirada crítica sobre cada uno de esos espacios. Es una caricaturización al extremo, como la que se realiza en “Intratables”, la que busca instalar la sensación de que eso es imposible y que asumir un posicionamiento político es casi igual a pertenecer a una secta.<br />
De hecho, lo que hace Diego Brancateli es una parodia del kirchnerismo. Yo como kirchnerista me río cuando lo escucho pero no me pasa solamente a mi. Si uno observa a los funcionarios kirchneristas que asisten al programa se ríen de las palabras de Brancateli allí mismo, en vivo y en directo.<br />
Una cosa es que un político, que un funcionario, defienda lo que sea porque ese es su rol pero que un periodista reconozca su ideología o su pertenencia partidaria no impide que desde ese posicionamiento también puede ser crítico. En gran medida porque no existe un proceso político que no tenga contradicciones y la tarea del periodista es señalarlas sino creemos que una ideología o un gobierno es un bloque compacto que no tiene fisuras. Pero , a su vez, ese error de atrincherarse en la autoafirmación fortalece la idea de que sólo se puede ser crítico si uno no se siente identificado con ningún partido político.<br />
Un periodista profesional y kirchnerista ( lo digo de modo exagerado pero vale sacar la palabra kirchnerista y poner cualquier otro nombre) debe diferenciar su discurso de la enunciación de un político porque sino estamos dinamitando la profesión y hacemos un trabajo para ghetos y los que terminan saliendo fortalecidos son aquellos que se ubican en un lugar de supuesta imparcialidad. Lo que quiero decir que el discurso que va a terminar considerándose verdadero es aquel que toma un poco de todos los sectores políticos, de todas las ideologías, que siembra un manto de sospecha y que termina reduciendo la política a una cuestión de honestidad. Y la batalla cultural la va a terminar ganando otra vez la despolitización. <br />
<div>
<br /></div>
alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-50803140892555890442014-04-06T14:00:00.001-07:002014-04-06T14:02:40.000-07:00La celebración del pasadoMe tomo un taxi para llegar a la agencia de turismo que va a llevarme a
Versailles. Es una mañana lluviosa, como casi todas
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqd7bS5jT4QhjmrWx6MjTNbnZinLd550hG8NIdrwppju0cnLRQLYJeKue8pxEAZUud2VrXq9IsPLrZe_yFeKoxAjDtQjHowIy85uW7FLQnR-LFX4DYASAtyc1pkNX3BkSAftkzfEMRuTo/s1600/23873_367173026700332_1924253435_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqd7bS5jT4QhjmrWx6MjTNbnZinLd550hG8NIdrwppju0cnLRQLYJeKue8pxEAZUud2VrXq9IsPLrZe_yFeKoxAjDtQjHowIy85uW7FLQnR-LFX4DYASAtyc1pkNX3BkSAftkzfEMRuTo/s1600/23873_367173026700332_1924253435_n.jpg" height="192" width="320" /></a></div>
las de mi estadía en París y el gris es un tono que no le sienta mal a esta
ciudad que parece cubierta, impregnada de una capa de hielo. El taxista habla
español y me pide que le traduzca algunas palabras, que de algún modo amplíe su
vocabulario. Siempre piensan que soy española, un poco porque ellos identifican
a los latinoamericanos con un esteriotipo del que yo no vendría a formar parte y
otro poco porque para ellos sólo existe Europa. El resto del mundo es la última
opción.<br />
En la agencia de turismo somos muchos los que hablamos castellano,
aunque soy la única argentina. Un matrimonio iraní me cuenta que vivieron muchos
años en Estados Unidos pero que hablan español porque ahora viven en España.
Pienso en esa existencia plagada de nomadismos y eso también es Europa, un mundo
repleto de asiáticos, de islámicos, de latinoamericanos. Universitarios que
quieren insertarse en el mundo occidental pero también personas que huyen de una
vida difícil, inmigrantes que son una nueva forma de exiliados.<br />
Pasamos por
la Rue de Rivolí y experimento una pequeña desilusión. La encuentro bastante
similar a Paseo Colón y Além, aunque con algunas columnas más sofisticadas y
está repleta de negocios con mercadería en la calle, un poco toscos, a mi
entender, un poco sobrecargada de gente y vendedores.<br />
El viaje a Versailles
lleva su tiempo. Veo que estamos cerca de Bordeaux y recuerdo que Dardo Scavino
me dijo que vivía por allí. Versailles no es París, tiene cierta estética de
pueblito, de casa de las afueras, de conurbano. Algo de residencial pero poco,
no lo suficiente para estar acorde con el castillo.<br />
El guía nos da las
entradas para el museo y nos dice la hora en la que va a pasar a buscarnos. Mi
pago contempla una audio guía, un sistema bastante práctico que consiste en una
especie de teléfono donde habita la voz de un guía en el idioma solicitado.
Después de la introducción uno encuentra en cada sala un número que debe marcar
para que la guía te cuente de que se trata esa parte del castillo.<br />
Olvidé
decir que ese día me sentía un poco descompuesta y mientras caminaba por el
Palacio pensaba que locura sería vomitar en Versailles. Mi rechazo a la
monarquía se convertiría en una cuestión física, en una manifestación del
cuerpo.<br />
Me fascina el modo en que los franceses integran su historia. Más
allá que existan algunos espacios vedados, el castillo se transita con comodidad
y abundancia. Espiamos la vida de la monarquía con zapatillas y mochilas, con
jeans y borceguíes pero es mucho más que eso. Estamos allí ( sin tocas por
supuesto, porque todo sale una fortuna, tendríamos que dejar nuestra sangre si
algo se rompe) como una tarea de reconstrucción, como un modo de palpar hechos
históricos y tratar de imaginarlos a partir de la presencia de los objetos y de
la voz de la audio-guía.<br />
El objeto como dato pero también como lo único
permanente, como el remanente que viene a reemplazar, a evocar a los reyes y
príncipes que seguramente estarán allí como fantasmas cuando los numerosos
visitantes se hayan ido.<br />
¿Por qué queremos conocer la vida de la monarquía?
¿Por qué nos sentimos un poco reinas cuando caminamos por el salón de los
espejos? Seguramente porque la disposición del espacio, de esa fastuosidad, los
detalles barrocos, las pinturas en el techo y las paredes que cuentan historias,
que conservan símbolos, dan cuenta de un mundo que ya no existe y que
necesitamos conocer. Nos hablan de una vida alejada, inaccesible. Esa es la
belleza de esta visita, la de habitar lo que nos es ajeno. La de ocupar una casa
noble por un rato y tratar de entender ese mundo destruido por la
burguesía.<br />
Porque se trata de la historia y de la revolución francesa. De los
plebeyos que estamos allí como alguna vez los jacobinos cruzaron el jardín y
destrozaron ese imperio de la monarquía. Porque ese palacio fue saqueado y con
el tiempo reconstruido. Es interesante ver como mucho del mobiliario fue
recuperado para poder exhibirlo y otro tanto reconstruido tratando de guiarse
por la fidelidad histórica.<br />
Yo pasé muchas veces por la Plaza de la
Concordia. Allí, en uno de los lugares más bellos de París, guillotinaron a
María Antonieta pero hoy esa historia está integrada como parte del recorrido
turístico. Esta Francia de hoy es hija de su revolución y se reconoce en ella,
parte de su orgullo tiene que ver con haber gestado esa cambio de paradigma
político que después terminó en la muerte y la desilusión. Pero pese a todo, la
francesa fue la única revolución auténtica cuyo imparto todavía resuena. Es la
que nos permite caminar por Versailles de sport, sin galas, como en un intento
de volver popular a esa palacio, aunque la palabra no termina de ser la más
acertada.<br />
Después de horas de recorrido, de estar metida en el siglo XVIII,
voy a almorzar a uno de los restoranes que tiene el palacio. Me encanta la
ensalada y ese mundo que se reparte alrededor mío. ¿Dónde estoy en realidad? En
una tierra que contiene tantas fisonomías y nacionalidades, en el centro del
mundo. Me gustaría vivir en París, ahora lo pienso, ahora que volví y ya estoy
un poco cansada o malhumorada, ahora que transitan los días sin mucha novedad.
Un país nuevo nos da la posibilidad de ser otros.<br />
Ese día en Versailles mi
pelo estaba imposible, enmarañado, capturado por la humedad de una ciudad con
río. Yo trataba de arreglarlo con algunas hebillas cuando a mi lado,
compartiendo el espejo del baño, se instala una mujer islámica con la cabeza
tapada. Esto es París, pensé. La naturaleza indomable de Latinoamérica junto al
cuerpo encerrado del Islam, todo componiendo el mismo espacio. Viviendo lo mismo
pero de un modo diferente.<br />
Ella no tenía ese problema. Su pelo dejaba de
existir mientras que para mi siempre fue una parte importante de nuestra
identidad. Las mujeres occidentales gastamos mucho dinero en nuestro pelo. Nos
importa como peinarlo y cortarlo. Exhibimos brutalmente algo que otras mujeres
prefieren cubrir, dejar fuera de escena.<br />
No me alcanzaba el tiempo para tomar
el tren de María Antonieta y recorrer los jardines de Versailles, entonces me
aventuré por esas hectáreas de flores, pasto y fuentes con patitos, a pie, como
tantos otros. Ya había salido el sol. Mientras sacaba algunas fotos desde la
ventana del castillo pensaba, que lindo sería ver este lugar iluminado por el
sol y el deseo fue concedido porque el clima en París es tan imprevisible como
en Buenos Aires o La Plata. Tenía barro en mis botas, pero era barro de
Versailles.<br />
De regreso la agencia nos deja cerca de Le Louvre. El museo
gobierna la zona, le da nombre a todo y contagia su estilo. Cuando llegué me
pareció estar en la plaza San Pedro. Cada edificio importante tiene en París una
especie de plaza que prepara la escena. Es un espacio que corta la continuidad
del lugar y establece su jerarquía desde el diseño urbanístico. No solo miramos
el Louvre porque es un edificio por demás bello sino porque todo en su entorno
nos prepara para la llegada a ese lugar y nos pide atención. Aquí las cosas
cambian, ahora vas a transitar por un paisaje distinto, la ciudad reacciona
frente a semejante joya arquitectónica, tomate tu tiempo, porque esto no es un
museo más. Si, las calles de París parecen estar hablándonos
permanentemente.<br />
Allí también es muy sagaz el modo en que lo moderno se
instala en medio de tanto clasicismo y barroquismo. Las escaleras mecánicas que
permiten la entrada no nos hacen olvidar esos techos y paredes que compiten con
los cuadros y esculturas. Miro las obras o miro el museo. Estamos todos
excitados y emocionados. Cuando me enfrento al cuadro de la libertad de
Delacroix creo estar frente a un sueño. No sé si será un lugar común pero algo
te pasa adentro del Louvre que no te pasa en otro edificio parisino. La gente
sacándole fotos a La Gioconda puede ser un dato más de la enajenación turística
pero encontrar un momento para estar un poquito a solas con esos cuadros permite
sintetizar y contemplar una escena para la que nos preparamos durante toda la
vida. Yo me acordaba de mi profesora de plástica del secundario, cuando nos
decía que un día íbamos a tener la posibilidad de ir a los grandes museos del
mundo y sus clases nos iban a servir. En realidad lo que sé de plástica lo
aprendí de mis numerosos amigos pintores, grabadores y dibujantes pero ese
recuerdo conservó cierta ternura para mi. Llegar al Louvre es algo que está en
nosotros desde siempre.<br />
Allí si escuché voces argentinas. Una chica que le
decía al novio “Ver la Gioconda original te vuela la cabeza” ¿Cómo no iba a ser
argentina? Una madre con su hijo veintenero frente al cuadro de Delacroix. Ese
museo me trajo cierta familiaridad.<br />
Le Louvre está cerca de le pont neuf y de
la comedia francesa. En el carrusel del Louvre un librero me indicó como llegar.
Esa zona es una de mis preferidas en París porque se continúa un poco con esa
plaza o explanada que sirve de plataforma al museo y con las columnas y galerías
de la Rue de Rivolí. Forma como un pequeño mundo aparte, un cuadrado un poco más
reflexivo entre el ruido del centro.<br />
Ya era un tarde y la boletería de la
comedia estaba cerrada. La venta de entradas en París funciona a la inversa que
en la Argentina. Descubrí que estaban dando Antígona de Jean Anouilh y confíe
que podría conseguir alguna localidad, algo que al día siguiente te reveló como
imposible. Las entradas se agotan en París.<br />
Entré a uno de los bares pegadito
a la comedia, con cuadros de arlequines y personajes teatreros. Los bares
franceses no se parecen a los argentinos. En gran medida porque nosotros nos
dejamos ganar muy fácilmente por las modas y porque muchos de los bares
notables, son para mi gusto un poco decadentes.<br />
Ir a un bar en París es una
experiencia que conserva cierto refinamiento, como los tés en el Tortoni o en el
Molino. Algo antiguo, algo de otra época que los jóvenes hacen suyo. No se trata
de reductos de viejos. Los turistas y las variadas generaciones le dan un aire
de actualidad. Tal vez el secreto esté en que los bares parisinos conservan
cierta ceremonia, cierto ritual que viene de su amor a la comida.<br />
Cuando se
hace de noche en París, cuando la gente vuelve a casa o se dispone a salir, hay
un movimiento intenso que parece darlo vuelta todo.<br />
Entro a la librería
Galimar, maciza, antigua, con el registro anterior a las librerías de cadena.
Hay algo de la infancia, de la forma de apilar los libros, de enfrentar esos
estantes poblados de volúmenes, preparados para el lector conocedor no para
aquel que compra novedades, que tienen que ver con mis primeras experiencias en
las librerías.<br />
Compro Antígona en francés porque me había propuesto conseguir
una obra de teatro francesa que ya tuviera en castellano para practicar el
idioma.<br />
Los libros traen el precio escrito en la contratapa. Sin etiquetas,
con la cifra dibujada, igual que el texto que presenta el libro. Y es algo
lógico porque los precios los fijan las editoriales y porque de ese modo ese
precio es inamovible, parte de la identidad del volumen.alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-82081345876191229192014-03-30T14:03:00.002-07:002014-03-30T14:03:19.291-07:00Las mujeres de los anillos<div class="post-body entry-content" id="post-body-7151120512250519670" itemprop="description articleBody" style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.200000762939453px; position: relative; width: 470px;">
Ya había notado una situación extraña cuando una mujer levantó un anillo del suelo que parecía brotar del asfalto parisino pero recién llegaba y había tantas cosas para mirar y ocuparse que el dato pasó, tal vez asimilado en la lista de las costumbres.<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh8W5ML3vWG3ivL8OU963u_aHVDfvIoVkycdegwNbxe9NqVwlNqm1SiDe5m32ghdKQ3oEjkfQ4-GxiEjTPsLbthiYxXMawdGbOke73pdyAxSdhjtfqwsRERSJKZb5cmf-RH0m5JQOaWAI/s1600/nouvelle+vague.jpg" imageanchor="1" style="color: #b87209; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-decoration: none;"><img border="0" height="109" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh8W5ML3vWG3ivL8OU963u_aHVDfvIoVkycdegwNbxe9NqVwlNqm1SiDe5m32ghdKQ3oEjkfQ4-GxiEjTPsLbthiYxXMawdGbOke73pdyAxSdhjtfqwsRERSJKZb5cmf-RH0m5JQOaWAI/s1600/nouvelle+vague.jpg" style="border: none; position: relative;" width="320" /></a></div>
Una mañana bordeaba las calles cercanas al Arco de Triunfo para ir al Gran Palace cuando la situación se repitió. Una chica levantó del suelo un anillo similar a esos que se hunden en las tortas de casamiento y que le predestinan a la ganadora su próxima boda. La chica me preguntó si era mío, le dije que no y seguí caminando. La chica se las ingeniaba para acompañar mi paso, indicarme que a ella no le entraba porque tenía la mano muy gorda y me lo regalaba “pour la chance” Yo le agradecí y seguí de largo . La piba se estaba poniendo pesada cuando decidí recurrir a mi método infalible de salir corriendo y poner cara de desesperada, de persona dispuesta a dar unos buenos gritos y pedir ayuda pero llegué a escuchar a la chica que me suplicaba un poco de plata para comprarse u sándwich.<br /> A la tarde, cuando contrataba una excursión para ir a Versailles, una alemana devenida en francesa me dijo en español :”Cuidado con la bolsa, acá en París, porque tenemos muchas gitanas” La palabra me causó gracia porque me di cuenta que lo que la rubia agente de turismo quería señalar era la presencia de mujeres engañosas, que habían montado su pequeña puesta en escena callejera para hacerse de algunos euros.<br /> El glamour de París se interrumpía con estos pasajes bizarros (escuché a muchos chicos repitiendo esa palabra por las calles) , con estos desclasados porque estoy visitando una Europa en crisis. Aunque en el París turístico cueste acordarse.<br /> En el Petit y Grand Palais y en el Museo de Arte Moderno visité las colecciones permanentes.<br /> Me gustaba estar entre los estudiantes de arte que hacían sus dibujos. Son Museos un poco más tranquilos donde volví a enamorarme de Giorgio De Chirico. De alguna manera miraba con más atención, seguramente por el modo en que los cuadros eran exhibidos y presentados.<br /> En una sala casi a oscuras en el Museo de Arte Moderno se proyectaban palabras, frases que se leían y desaparecían acompañadas de un pequeño dibujo que parecía de historieta y cada tanto ventanas enormes con jardines. París ama esa luz que viene del verde y las flores.<br /> Durante el almuerzo pensaba que mi teoría de los parisinos como personajes arrogantes entraba en contradicción con la simpatía, cierta calidez, una esmerada voluntad por resolver e involucrarse que también aparecía en mis fugaces encuentros con la gente y entonces pude ser más precisa, aunque la contradicción es un dato que convive con cualquier definición. Toda caracterización de un sujeto contiene su contrario. Los parisinos y parisinas están orgullosos de serlo, se trata de eso y muchas veces el orgullo suele malamente confundirse con la soberbia. Ellos hicieron la revolución más importante para el mundo occidental, ellos resistieron al nazismo y pudieron sobrevivir, también hicieron un montón de cosas monstruosas porque me acuerdo muy bien como en su biografía Simone de Beauvoir declaraba sentirse avergonzada de ser francesa, especialmente en los años de la guerra con Argelia, pero está claro que ellos saben muy bien como procesar su pasado y como sobrellevar sus vergüenzas, o al menos transformarlas en otra cosa.<br /> Hay un momento en que París se deja ganar por la globalización y se parece a cualquier ciudad en el tumulto de la tarde. Cerca de la zona de las tiendas Lafayette creo estar en Buenos Aires. Antes había caminado por los muelles del Sena y adoraba esa cercanía con el río. Será barroso y marrón, pero esos puentes y muelles lo vuelven majestuoso. Tal vez París encuentre su magia en la manera de presentar, de mostrar cada una de sus cosas, de su tesoro, de su patrimonio.<br /> La gente corría en jogginetas o ensayaba pequeños picnic, también había algunos jóvenes en bici que parecían una ráfaga entre cierto silencio o modorra del río porque a decir verdad entre los bateaux mouches y los demás barcos para turistas no es una zona tranquila.<br /> Yo ya planeaba mi travesía en barco pero primero quería recorrerlo a pie.<br /> Los barrios ópera y Grands Boulevards se pierden entre negocios y tiendas de chocolates. Ahí también demuestran su arte para atraer. No tenía hambre pero como no entrar a esos lugares que hacen de la producción de chocolate piezas de artesanías y cómo no comprar alguno entre el frío y la brutal sensación de que París es una ciudad para recorrerla comiendo alguna que otra cosa (algo que nunca pude hacer)<br /> Atravieso Les Champs Élysées casi de noche, entre la manada de personas que vuelven de sus trabajos. Ya puedo ver el foco de la Torre Eiffel iluminada. Elijo un bar más moderno frente al Arco de Triunfo, donde se escucha música de moda pero nada se deja ganar del todo por la contemporaneidad, como si París siempre guardara cierta elegancia del pasado.<br />A veces los mozos tardan en atenderte porque están apabullados por la cantidad de pedidos. Además de turistas parece haber muchos ejecutivos, oficinistas que todavía cargan papeles de trabajo. En la tienda todas las cosas son hermosas y carísimas. Amo un bolso que sale casi tanto como la plata que llevé para todo el viaje.<br /> Me divierte no saber muy bien ni la hora ni el día de la semana y preguntarme si realmente sé mirar, sé conocer la ciudad o termino atrapada en la velocidad como en La Plata o Buenos Aires.<br /> Antes me había detenido en un negocio lleno de joyas. En Tiffani, en Versace y en tantos otros. Piezas divinas, trabajadas al detalle, asombrosas como en un cuento. Había un reloj que de tantos brillantes no permitía ver la hora. Enceguecía la vista<div style="clear: both;">
</div>
</div>
<div class="post-footer" style="background-color: white; color: #666666; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 1.6; margin: 0.5em 0px;">
<div class="post-footer-line post-footer-line-1">
<span class="post-author vcard" style="margin-left: 0px; margin-right: 1em;">Publicado por <span class="fn" itemprop="author" itemscope="itemscope" itemtype="http://schema.org/Person"><a class="g-profile" data-gapiattached="true" data-gapiscan="true" data-onload="true" href="http://www.blogger.com/profile/04333380179254671702" rel="author" style="color: #b87209; text-decoration: none;" title="author profile"><span itemprop="name">Alejandra Varela</span> </a></span></span><span class="post-timestamp" style="margin-left: -1em; margin-right: 1em;">en <a class="timestamp-link" href="http://faustinabitacora.blogspot.com.ar/2014/03/segunda-parte-las-mujeres-de-los-anillos.html" rel="bookmark" style="color: #b87209; text-decoration: none;" title="permanent link"><abbr class="published" itemprop="datePublished" style="border: none;" title="2014-03-09T14:35:00-07:00">14:35</abbr></a> </span></div>
</div>
alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-14559576473152885812014-03-23T14:44:00.001-07:002014-03-23T14:44:45.440-07:00Diario de viaje: París febrero - marzo 2014 <span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En Ezeiza una española quiere sacarse una foto conmigo. Le sorprende ver a una argentina rubia y le gusta la leyenda de mi bolso de mano “</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7FHza1L58194KxIlYAFkaUiFASDfaEAUTGvW5g8hxUDwj23a4eqVac4PrTx8UINUvb8ker74mqSU0Ks4l0q20Ey4rJBgdJ9JBrFGV5n6h6HbxECvgHnEdNy2rjiwmngOB_9H9ssVFs-Y/s1600/Simone+y+Sartre.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7FHza1L58194KxIlYAFkaUiFASDfaEAUTGvW5g8hxUDwj23a4eqVac4PrTx8UINUvb8ker74mqSU0Ks4l0q20Ey4rJBgdJ9JBrFGV5n6h6HbxECvgHnEdNy2rjiwmngOB_9H9ssVFs-Y/s1600/Simone+y+Sartre.jpg" height="192" width="320" /></a></div>
Como quieres que te quiera”. Para ella y su novio el viaje termina. La chica baila en la cola que nos lleva al embarque en el vuelo hacia Madrid. Yo comienzo. Aunque la aventura de llegar a Europa tuvo un capítulo previo: la búsqueda perversa de dólares o euros, todas las mentiras sobre la compra legal y las oscuras artimañas a la luz del día del mercado negro, tan negro que debería llamar la atención cerca de los bancos y casas de cambio donde se dan datos silenciosos sobre oficinas y negocios donde la venta tiene un alto precio. Pero no quiero pensar en eso ahora sino cansarme y fastidiarme un poco entre migraciones y esperas, y las puertas y los pasillos y toda esa gente que tiene tanta experiencia en viajes y yo tan provinciana que tengo que preguntar ochenta veces para llegar a destino.<br />
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Entro al avión, al viaje que me ha pagado el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires y paso doce horas un tanto inquieta, permitiéndome ser una ameba que duerme, come y lee el libro de Roland Barthes, “Fragmentos de un discurso amoroso” (estaba leyendo en La Plata la biografía de Evita pero me parecía demasiado obvio ir con un libro sobre Eva Perón a París). Descubro que esta empresa española llamada Air Europa nos cobra tres euros los auriculares para poder escuchar música y ver películas, nos dan poca comida y tienen muchas ganas que le compremos sus vinos en el minibar. Recuero que me gustaba más el avión de Cubana conde nos daban mejor comida y los baños eran enormes. Igualmente me entretengo con mi música y mi libro. Me resulta gracioso cenar a las ocho y desayunar a las once de la noche, porque en realidad, en el aire europeo son las tres de la mañana y llegaremos a Madrid a las cinco, entonces nos dan un desayuno para que enfrentemos con fuerza lo que se viene. En mi caso una escala a Paris y un aeropuerto de Barajas que voy a detestar toda la vida.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En migraciones nos separan entre europeos, norteamericanos y chinos y el resto del mundo, una fila que va visiblemente más lenta que la otra, la de los ciudadanos a los que no se les hace muchas preguntas. Mientras embarcaba en Buenos Aires había escuchado a una mujer comentar que París también había copiado esta costumbre. En Francia me resultaron bastante más ambles. Cuando estaba por llegar mi turno me di cuenta que había dejado el pasaje de vuelta y la reserva del hotel en el bolsillo de mi valija. Igualmente el gordito de Migraciones me selló después de actuar un reto que no se creía ni él.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Todavía no hacían girar las valijas de nuestro vuelo y a mi me faltaban cincuenta minutos para tomar mi avión a Paris, sin tarjeta de embarque. Algunos españoles conmovidos me ayudaron a guiarme en los pasillos de un aeropuerto vacío donde nunca llegaba a la vendita ventanilla para despachar el equipaje. Llegué con el último llamado después de haber dejado el champú, la crema y el perfume queme había comprado en la Argentina. Iba a París sin perfume, sin mis pequeños recursos para parecer elegante en esa ciudad de la moda y el glamour. Tenía bronca pero la rabia no me impidió dormir durante las dos horas de viaje y despertarme somnolienta en una ciudad lluviosa, bajar del avión con alguna emoción y empezar a pensar como llegar hasta el hotel.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">No fue difícil porque en la puerta paraban unos micros que solo viajaban con pasajeros sentados y uno de ellos tenía como última parada Les champs Élysées. Frente a un grupo de franceses un tanto indolentes yo descubría la ciudad. Monparnase, las callecitas abiertas, la encontré fascinante con su arquitectura perfecta, la torre Eiffel que se mostraba esquiva, todo me gustaba. Me gustaba esa manera clásica, elegante de unir lo moderno con el pasado y esa personalidad tan marcada que tiene Paris, en sus edificios, en su manera contundente de ser ciudad de sostener un estilo entre los carteles que pasan publicidades como películas.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Me bajo junto al arco de triunfo y pregunto por la calle de mi hotel que queda a dos cuadras. Estoy cansada, arrastro la valija pero no puedo dejar de mirar. Ese será mi barrio por un tiempo que me resulta único. Es raro como un viaje, una ciudad puede absorberte tanto que te lleva a olvidar tu vida en La Plata y Buenos Aires, tus ocupaciones. Yo estaba allí como si siempre hubiera estado.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Mi francés funcionaba a medias y con la chica del hotel decidimos hablar en castellano. Hasta las dos de la tarde no podía entrar a mi habitación pero si podía dejar las valijas y empezar a recorrer. En zapatillas, sin bañarme, despeinada y con la ropa de un día entero de viajes me puse a conocer la Avenue de les Champs Élysées. Recoleto lugar conde los negocios de Cartier y Louis Vuitton ocupan un edificio. Paris también es esto, sus casas de moda, sus joyas y sus mendigos, como el que encontré en las esquina de mi hotel instaladísimo con su colchón. Había varios en la avenida de los Champs Élysées y supongo que debe ser un dato nuevo para ese París de la opulencia que desfilaba entre montones de turistas.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Por su puesto que adoro el arco de triunfo porque cada mañana, cuando salía del hotel parecía que me recibía, abierto entre la lluviecita leve y yo sentía que era la señal de un pequeño triunfo. ¿Cómo los franceses no van a ser arrogantes si tienen a cada paso monumentos que los convencen de su grandeza?</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">En esa avenida había de todo. Mujeres elegantes y oficinistas que se sentaban a comer sus baguettes en los bancos porque seguramente no podían pagarse en almuerzo en los bonitos bares de la avenue. Los cafés franceses son los mejores. Allí pase mucho tiempo, eran mi gabinete de observación, mi trinchera.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Entro al café de la Belleville. Los mozos visten de marineros y el lugar es azul. Elijo una de las mesas ubicada en esa especie de galería de vidrio y techitos firuleteados que arman los parisinos para poder comer en la calle en invierno. Me gusta como ponen las sillas y las mesas una al lado de la otra en fila, como la gente está muy junta sin mezclarse en la privacidad de cada mesa, me gustan esa sillitas coloredas tejidas de una especie de mimbre que al tocarlo parece plastificado. Me siento tratada como una reina. El mozo francés es un personaje en sí mismo, una profesión que no está degradada y desvalorizada como en la argentina sino que tiene su impronta. Los bares franceses están entre los más bellos del mundo y tienen que tener para atenderlos a hombres y mujeres que reflejen claramente el ser francés. Y allí están ellos manejando la situación. Te dicen donde te tenés que sentar( situación que me llevó algunas veces a irme del lugar) es que los franceses tienen una personalidad arrolladora, una manera de desplazarse que los vuelve reconocibles entre la infinita cantidad de no franceses, de no parisinos, en realidad, porque estoy hablando de París. De sus mozos ceremoniosos y estridentes, que te tratan como en la corte pero sin ser cortesanos, que no son una figura invisible y servil sino los dueños de ese territorio, que te hablan en inglés o en castellano cuando reconocen un acento que no es propio y que te entregan el tiquete de la cuenta en el mismo momento que te sirven la comida y te desean “bon apetit”.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Este marinero me trajo un plato tipo fuente. En el centro había una ensalada de tomate, lechuga y demás verduras y en los costados cuatro sandwich cortados en triángulos dobles que tenían pollo, huevo y un montón de verduras y queso. La abundancia francesa a la hora de servir la comida es una señal de que ellos no se andan con chiquitas. Yo comía y miraba esa avenida coqueta donde desfilaban africanos, asiáticos, muchas mujeres islámicas, árabes, turistas, no turistas, franceses del interior, europeos, latinoamericanos y las mujeres francesas tan seguras de si mismas, veinteañeras despectivas como en las películas de los años sesenta. Una ciudad donde todos somos un poco extranjeros y tal vez por esa razón parece fácil habitarla.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Vuelvo al hotel. La habitación me gusta enseguida. Si bien la ventana me deja un poco encerrada entre los restos de una construcción que parece abandonada o suspendida, el lugar tiene dos armarios, una cama enorme, un escritorio, una heladerita con bebidas, una cafetera, vasos, tasas y un baño con ducha para refutar el mito de los franceses roñosos. Cuelgo la ropa porque soy una chica ordenada, me visto del modo en que me gusta caminar por País y voy hasta el arco de triunfo, a subirme a uno de esos micros rojos con terraza, una excursión para conocer la ciudad que paran justo allí.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">No pensaba conocer París de esta manera pero estoy cansada y me parece que me va a permitir orientarme en una ciudad que es bastante laberíntica. Lo bueno era que por veintisiete euros yo podía usar ese micro durante dos días seguidos y tómamelo donde lo encontrara.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Recorremos la Plaza de la Concordia y ya me empiezan a poner nerviosa un grupo de turistas colombianos que no paran de hablar. Una chica japonesa no puede cerrar el paraguas. Yo la ayudo enseguida y me sorprendo por mi repentina facilidad con los objetos, la chica se asombra porque hacía rato que peleaba con el paraguas y me dice gracias en inglés. Me acuerdo que en Rayuela decían que traía buena suerte tirar un paraguas roto en el Sena.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Me encanta el Sena y la torre Eiffel. Antes de llegar a París me parecía una tontería ir a ver esa torre de hierro pero cuando la tuve cerquita y pude ver el trabajo en detalle, ese bordado minucioso me di cuenta que era un símbolo muy claro del espíritu francés. La paciencia en el detalle y la extrema fortaleza, la monumentalidad para mostrar quienes son y todo lo que pueden ser.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Llegamos a Notre Dame y allí me perdí. Me di cuenta que el micro se había ido y yo entre las ferias y los bares que mostraban su pastelería para la tarde. Encontré uno que parecía el más antiguo, el que expresaba más dulcemente esa tristeza de Notre Dame.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Allí me hice devota de los croissant. Había muchos jóvenes que hablaban de sus cosas y unas turistas norteamericanas que se reían. La gente le daba colorido a los tonos marrones, a los espejos viejos. Me gustaba estar entre esa rareza, entre los tonos festivos de los turistas. El mozo era un hombre extrovertido, alegre y ceremonioso que atendía sen dejar de ordenar las mesas que estaban vacías. Por esa zona tenían la costumbre de hablar desde lejos, como vociferando, sería una manera de mostrar su dominio del lugar y el trazado que hacía de ese territorio.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Es muy inquietante ver en París como la cotidianidad se mezcla con el mundo siempre novedoso del turismo, como se puede estar en dos tiempos o en millones de tiempos. Como la actualidad habita el pasado permanentemente, como lo histórico fascina al turista como si se tratara de un espectáculo. El dolor de Notre Dame hecho fiesta en las cámaras de fotos.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Cumplo con mi promesa de recorrer Paris por puro instinto y me dejo llevar por cada sitio donde me parece que ocurre algo que me convoca. Mi primera impresión de Paris fue la de encontrarme con una ciudad que siempre me estaba proponiendo algo, que no me permitía parar a descansar. Sin saberlo llegué a Saint Germain des Pres, un barrio que me enamoró. Los pasajes que me había alertado Dardo Scavino, las chicas cargadas de baguettes, los bares llenos de jóvenes como si fuera un sábado a la madrugada. En París todos parecían lanzarse a la ciudad, había como un arte de vivir que se mostraba en la manera de presentar las vidrieras, de ver a la gente haciendo cola en teatritos desconocidos. Los franceses parecen sumarse a la búsqueda de los turistas por encontrar novedad, fascinación, entretenimiento en todas partes. A las ocho de la noche filas de solitarios compran comida en los mc donals o en las panaderías.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Caminando encuentro el Café de la flore, me cruzo con él como pasa con los hechos del destino y entiendo por qué me sentía tan bien en el boulevard Saint Germain, estoy en el barrio de los existencialistas. Me doy cuenta que hay un montón de jóvenes, de chicas solas ocupando mesas y me animo a sentarme aunque ya sea de noche. No puedo postergar las cosas, estoy de viaje y toda mi vida quise conocer ese lugar donde Simone de Beauvoir pasaba sus horas. En París la soledad no llama la atención. Nadie te molesta ni te mira con maledicencia. Hay muchas chicas que llegan solas y saludan a los mozos y parecen estudiantes de la Sorbona, artistas. Hay mucha gente, muchas voces aunque es martes. La gente sale mucho en Paris. Es de noche y pienso en los modos en los que el pasado puede hacerse moderno.</span><br style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Cuando salgo el Boulevard Saint Germain esta desierto. Para volver al hotel tengo que cruzar el Sena y entonces recurro a uno de esos taxis negros con luz verde, que casi siempre están conducidos por un africano y veo la torre Eiffel iluminada y pienso que en París la noche en</span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"> </span> <span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">es estridente.</span> alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-51136693829679692022013-05-05T14:41:00.002-07:002013-05-05T14:41:40.450-07:001. ¿Quién es Faustina?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkOUAxhg_XSqNwgiX8jJoax-dyS0qKZKlXRgQyJX79grwDall0vds2trokYNsGFWksnk0y50fdXljKSfWqPlL_5Gw6qMKeFVwjbFhRDvt9x0cbG5gPU6pbox4sJoJLvDxxtOQUjzu0_yk/s1600/538744_394438753934844_100001061679271_1159390_589703392_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkOUAxhg_XSqNwgiX8jJoax-dyS0qKZKlXRgQyJX79grwDall0vds2trokYNsGFWksnk0y50fdXljKSfWqPlL_5Gw6qMKeFVwjbFhRDvt9x0cbG5gPU6pbox4sJoJLvDxxtOQUjzu0_yk/s1600/538744_394438753934844_100001061679271_1159390_589703392_n.jpg" /></a></div>
<em>Comienzo esta historia por entregas sobre Faustina, la escritora.</em> <br />
<br />
Faustina quiere ser escritora, quiera vivir de lo que escribe. Lo intenta y
tiene algunos buenos resultados. <br />
<br />
Faustina quiere todo su tiempo para sí. No piensa en tener hijos ni en vivir
con nadie. Puede enamorarse pero necesita pasar mucho tiempo sola, para leer,
para escribir, para pensar.<br />
<br />
Mira The Big Bang Theory y piensa que le gustaría ser como esos jóvenes
científicos entrampados en su propio mundo y siempre risueños y extraños al
afuera. Sospecha que puede parecerse un poco a ellos pero que en otras cosas es
perfectamente normal. De hecho cuando conoce a alguien no se imaginan que es
escritora. Aunque no sabe exactamente porque ha tenido amigos frívolos que la
veían como una intelectual y ella se adaptó a medias. Ahora quisiera ser un
aparato total y vivir para los libros y no entender nada del mundo. Es extraño
porque toda su vida se negó a ser así. De hecho buscó muchas experiencias y las
encontró pero ahora sólo piensa en escribir y en conocer a gente que
escriba. <br />
<br />
Ella es feliz cuando su editor le dice que lo que escribe está perfecto.
Todos los días brotan escritores de las piedras y ella es una minúscula parte de
algo enorme. <br />
<br />
Ella tiene alumnos. Varias personas pagan por sus clases porque sabe bastante
y es muy buena enseñando. Se ha pasado años dando clases, es un oficio muy
propio, se brinda buena parte del recorrido personal que uno ha trazado con sus
libros. <br />
<br />
A Faustina no le gusta que la interrumpan un feriado cuando está escribiendo.
Los feriados se han hecho para quedarse en casa, dormir hasta el mediodía y
escribir. Pero siempre hay algún amigo que no sabe que hacer con su tiempo.
Faustina prefiere no abrir. No siempre fue así. La soledad de la escritura no
fue algo fácil para ella. Cuando era más chica la detestaba y combatía pero
después entendió que el mundo puede ser poderosamente aburrido para alguien que
escribe. Especialmente si uno quiere tragárselo todo de golpe, si es angurrienta
como buena veinteañera. Llega un momento que agobia, que se ven las hilachas con
demasiada rapidez. Faustina corría el riesgo de ser demasiado inteligente o
demasiado tonta. Según la conveniencia y el gusto de quien la miraba. Según el
grado de bronca que sus opiniones o su aburrimiento generaran en los muchachotes
y muchachitas que conocía, en los grandulones y señoronas. <br />
<br />
Faustina se hizo escritora a fuerza de enojarse bastante con las costumbres.
¿Tenía que ser una madre de veinte años? ¿Tenía que casarse? ¿Cuántas veces por
semana debía salir de noche? Faustina salía mucho y se empeñaba por ser normal
pero siempre era la chica rara.<br />
<br />
Faustina se pasa la noche del feriado llorando. Hace mucha filosofía pero la
verdad es que está por indisponerse.<br />
<br />
Faustina piensa que tendría que tener más dinero. No vive mal ni mucho menos
pero siente que es una chica que necesita más plata. Cuanta más plata mayor
independencia. <br />
<br />
No le gustan las típicas conversaciones de mujeres. No es una chica a la que
le guste hablar de los demás. Ella siempre tiene ideas en la cabeza. Siempre
está en otro mundo porque le importa bastante poco si el novio de su amiga, o el
flaco de la esquina o si la invitaron o la llamaron. No le importa. Está de
paso. Salvo excepciones. Faustina identifica muy bien las excepciones, tiene un
filtro casi perfecto. Si no son excepciones son literatura. <br />
<br />
Faustina vive en el centro y a veces no puede caminar de tanto grupo de
pendejos que no les importa nada y se mueven como si estuvieran solos. Faustina
ama el centro y todo lo que tiene que ver con ese mundo. Mucho bar, mucho
negocio, mucho ruido. Vuelve de hacer las compras a las ocho de la noche.
Siempre hay gente. Detesta al cieguito que se la pasa contando temas de Arjona
pero no viviría en un barrio por nada del mundo. No es una chica de barrio.<br />
<br />
Pensándolo bien el centro es el mejor lugar de la ciudad para Faustina. Pasa
mucho tiempo sola. En un barrio estaría al borde de la locura. alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-78760078051273248522013-03-10T13:46:00.002-07:002013-03-10T13:46:29.315-07:00Liderazgo, pedagogía y oratoria en Hugo Chávez La muerte nunca dejó de ser un problema.<br />
<br />
En esta parte de la historia contemporánea de la que nos toca ser testigos y
protagonistas, la muerte se presenta como una reiteración inquietante. Dos
líderes latinoamericanos murieron prematuramente y en la plenitud de su tarea,
en un momento donde todavía tenían mucho por hacer y eran imprescindibles. La
muerte de Hugo Chávez como la de Néstor Kirchner no sólo despiertan la pregunta
por la continuidad del proceso político que crearon sino que permite entrar en
el detalle de las particularidades que vinieron a instalar en el campo de lo
político. <br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVhAgL-U00eOzE2eIGu6T_4BvVPJ1G4m_r545EahyphenhypheneWfoD5yJZ_Ees_K11ek79lOzCh82ooxhtku0C3oqHLMyAyBHbs-oozn8kcnQ-TBC5xymV2Qi_VI22VUR46GxZGDKt09FlkhGXJJ0/s1600/image002+(2).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVhAgL-U00eOzE2eIGu6T_4BvVPJ1G4m_r545EahyphenhypheneWfoD5yJZ_Ees_K11ek79lOzCh82ooxhtku0C3oqHLMyAyBHbs-oozn8kcnQ-TBC5xymV2Qi_VI22VUR46GxZGDKt09FlkhGXJJ0/s1600/image002+(2).jpg" /></a></div>
Chávez se presentó como un líder carismático en una época donde esa figura
parecía haber entrado en desuso. Si bien a comienzos de este siglo el fracaso
del neoliberalismo había demostrado lo infecunda que podía ser la imagen de un
político creada por publicistas, la presencia de un líder también era
sospechada. El líder no es una figura del individualismo, rasgo que se utiliza
para desmerecer esta cualidad, sino que es alguien que contiene la potencia de
los histórico y que habla de las posibilidades de los sujetos. El líder podrá
ser un ser excepcional pero también recupera esa singularidad oculta en cada
persona, lejos de masificar, estos líderes han interpelado a su ciudadanía , han
despertado sus capacidades. Kirchner solía hablar de sujetos comunes con
responsabilidades importantes y esa frase da cuenta de una idea de cercanía, de
un contagio que puede reproducirse aún en el ser más desprotegido. El poder de
la trasformación que genera innumerables sismos, mareas humanas, presencias que
nadie puede detener. <br />
<br />
Los liderazgos latinoamericanos se sostienen en la posibilidad de transformar
la vida de la gente, de plasmar sus ideas en logros concretos. <br />
<br />
El año pasado tuve la oportunidad de entrevistar a Alain Badiou para la
revista Debate y me atreví a preguntarle si el líder, en vez de estar
encasillado en la figura del Uno, como él buscaba ubicarlo, no podía ser la
expresión de un múltiple y si el acontecimiento amoroso al que él hace
referencia en su obra, no podía expresarse en ese amor al líder. Si bien Badiou
se permitía reconocer que estas características tenían lugar, se negaba a ver a
los gobiernos latinoamericanos como acontecimientos políticos, que en sus
palabras, y dicho rápidamente, correspondería a sucesos que presentan algo del
orden de la novedad, de la creación política. Para él se trataba de experiencia
bastante parecidas a los gobiernos de Roosevelt o de Gaulle. Es decir,
Latinoamérica no le estaba diciendo nada demasiado novedoso al mundo ni estaba
aprendiendo de su historia para pensarse y parirse por fuera de los modelos
imperialistas sino que estaba transitando por una etapa de la que Badiou ya
conocía el final. <br />
<br />
La pedagogía es otra característica de estos liderazgos. Los larguísimos” Aló
Presidente” y las cadenas nacionales que tanto molestan a la oposición y que son
presentadas como prueba contundente de autoritarismo, tienen como finalidad
educar a la mayoría de la población en las transformaciones que se están
viviendo. La remanida toma de conciencia es un ejercicio de desnaturalizar y
correr la maleza. De evidenciar cuales eran los mecanismos que servían para
sostener un orden de cosas y que es lo que buscan transformar a partir de cada
una de las decisiones que se toman. Son esfuerzos de recuperación de la
autoestima, actos que buscan construir fortalezas morales. Se presentan como
épocas donde todo debe ser repensado. <br />
<br />
La épica es otra característica, entendida como la posibilidad de tomar
dimensión del valor histórico de las acciones que se llevan a cabo y del nivel
de conflictividad que presentan, determinados por la presencia y el vigor con
que dan la batalla sus enemigos. Porque estos enemigos se vuelven más visibles e
intentan también sostener su identidad. Pero la épica le da un nuevo lugar al
pueblo, lo obliga a tomar partido y le da espesura a ese líder. Son vidas
individuales las que se sienten llamadas, las que se reclaman como
imprescindibles para dar la batalla. Ya no se construye una historia excluyendo,
generando en ese ciudadano de a pie la ingrata percepción de su inexistencia. A
ese pueblo hay que hablarle a los ojos, hay que recorrer hasta el rincón más
escondido y comprenderlo.<br />
<br />
La presencia concreta y la puesta en escena, dato que la derecha suele usar
para descalificar o destacar un carácter ficcional de los líderes
latinoamericanos cuando hasta la más ingenua ceremonia social encierra una
puesta en escena, señalan también esa voluntad inclusiva en el espacio político.
La espectacularidad de un Chávez o de una Cristina Fernández habla de
una política que no se propone sustentarse en un detrás de la escena sino que
abre el gran escenario político a todas las contiendas que sus decisiones
despierten y le pone el cuerpo a las batallas. Son cuerpos que se desgastan más
y se vuelven más frágiles porque están mucho más humanizados, no son el
resultado de un ceremonial o de un spot publicitario sino de una realidad
cotidiana donde los autores del libreto son ellos mismos. De su capacidad para
hablar, para expresar esas ideas que sostienen sus actos, dependerán también sus
adhesiones y odios.<br />
<br />
La oratoria de Chávez que lo vuelve distinto, una continuación de Fidel pero
también el exponente de una política que se creía añeja y olvidada, es una
demostración de su fortaleza. De la capacidad de plantarse con todo su pasado y
con todo lo que hace día a día y demostrar que cada una de sus ideas y sus actos
están en su cabeza y pueden acontecer en cualquier lugar y en cualquier momento
gracias a la potencialidad de su voz. <br />
<br />
La experiencia de escucharlos (a Chávez y a Cristina y a Lula y a Correas) es
una experiencia transformadora y riesgosa porque allí están también sus
contradicciones y la terrible posibilidad de equivocarse, la frase que funciona
como un traspié y que será atrapada por la oposición para reducir tres horas de
discurso a una palabra inadecuada. Pero esta mezquindad ocurre porque ellos
saben que las palabras de estos políticos son acciones, que determinan tanto
como cualquier decisión de gobierno porque ya no se trata de llenar el tiempo o
cumplir con formalidades, de instaurar un discurso vacío donde todo suena
aceptable pero se desliga lastimosamente de la realidad, sino de ponerse a
prueba en cada palabra, de sostener, como creía Aristóteles que en la
respiración está el alma. <br />
<br />
alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-6508175407225014272012-08-12T14:21:00.000-07:002012-08-12T14:21:21.111-07:00La política de la inacciónExiste una especie de ideología, que podría llamarse la política de la
inacción que se ocupa de despojar a la política de su carga de efectividad.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs1tfSpPcxg-22zYIl-Dt8BkICWkgH5VqIbDiud-R0ptfDEk1kWhQYInZXgIiTeBRmVZ8MHT-SD09x0h-BKa9EWMBBo68cP0EFk0v2EgDV9PkBJt1xlNn7yV_CciatxQdT_olexX0AKSU/s1600/407800_3264440613066_1328762557_3424261_43918871_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="313" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs1tfSpPcxg-22zYIl-Dt8BkICWkgH5VqIbDiud-R0ptfDEk1kWhQYInZXgIiTeBRmVZ8MHT-SD09x0h-BKa9EWMBBo68cP0EFk0v2EgDV9PkBJt1xlNn7yV_CciatxQdT_olexX0AKSU/s400/407800_3264440613066_1328762557_3424261_43918871_n.jpg" width="400" /></a></div>
Dentro de esta línea política los funcionarios deben actuar como meros
burócratas que no resuelven problemas ni producen mejoras en la sociedad sino
que se encargan de contener situaciones conflictivas y educar a la población en
la ideología de la imposibilidad. Los problemas por los que atraviesa una
sociedad jamás pueden ser resueltos. Las demandas son utopías ridículas que
dejan en un lugar desvalido al que se atreve a pronunciarlas.<br />
Roberto Esposito habló de ciertas formas de democracias acéticas y silentes,
sin valores ni sentidos, que él como intelectual de izquierda propagandizaba,
con la fantasía de que la acción y el sentido sería otorgado por la acción de
las masas. Un poder neutralizado y neutralizador es el ideal tanto del
neoliberalismo como de la izquierda revolucionaria. El primero porque necesita
despojar de toda idea de acción transformadora a la sociedad y la segunda porque
cree que ese es el escenario propicio para la participación del pueblo.<br />
Desde la llegada del kirchnerismo al poder esta formulación se vio derrotada
o, al menos, herida de forma irreversible porque Néstor Kirchner demostró que se
puede llegar a la presidencia de la nación para resolver problemas, para mejorar
la vida de los ciudadanos y para visibilizar conflictos como una herramienta
dinamizadora de la vida social donde los distintos sectores adquieren
protagonismo y capacidad de presión. La sociedad entera crece bajo este tipo de
ideología, tanto quienes se sienten identificados con ella como quienes la
detestan.<br />
Pero a partir del momento que la crisis internacional se hizo más profunda.
Cuando la Europa próspera de hace unos años ya no es un ejemplo, cuando la
Argentina no se muestra como un país que usa esa crisis como excusa para el
ajuste, algunos exponentes de la política de la imposibilidad intentan volver a
implementar su fórmula, básicamente porque si no lo consiguen no tienen chances
de volver al poder. Para ganarle al kirchnerismo es indispensable destruirlo y
para destruirlo deben propiciar las condiciones de una desilusión
colectiva. Ellos saben muy bien que toda experiencia política que recupera la
épica, el mito, la adhesión desde un lugar afectivo cuando fracasa genera un
sentimiento de frustración y desánimo muy profundo. La derecha sólo puede ganar
las elecciones creando una sociedad derrotada, replegada, que ya no está
dispuesta a salir al ruedo.<br />
Por supuesto que en un escenario acostumbrado a una política de causas y
efectos su estrategia no deja de desconcertar. La pregunta que surge es qué
provecho pueden sacar de pagar un aguinaldo fraccionado o no resolver un
prolongado paro de subtes. La respuesta más simple, la que más se ha escuchado
por estos días es la de trasladar el costo político al gobierno nacional. Yo no
descarto totalmente esta alternativa pero me atrevo a disentir, a señalar que no
es ese su principal objetivo. <br />
Lo que yo creo es que personajes como Daniel Scioli y Mauricio Macri, como
las caras visibles de una mecánica política que es mucho más que estos dos
nombres, buscan generar un estado de frustración constante. Aunque parezca
surrealista lo que voy a decir, para la lógica que sostiene a Macri es más
efectiva la desolación, la angustia, la impotencia y la furia que genera la
huelga del subte que la habilidad para resolver un conflicto. Porque ellos
apuntan a una ciudadanía frustrada, encerrada en una situación que no sabe como
resolver antes que a una idea social de sectores políticos activos que demandan
y a los que es necesario complacer, aunque sea en parte, para resolver el
conflicto. Porque para que una huelga de estas características llegue a su fin
es necesario negociar y esto significa ceder. Este análisis no deja afuera la
posibilidad de que la estrategia del macrismo funcione como un boomerang,
fundamentalmente porque esta sociedad no es la misma que la de la década del
noventa, tiene una capacidad de reacción mucho más efectiva y tiene conquistas a
las que no va a renunciar.<br />
Cuando Macri dice que desconoce a los metro delegados está reproduciendo la
misma lógica que en los años del menemismo. En los noventa existía una
conflictividad social que era ninguneada por el gobierno. La estrategia era
dejar a esos sujetos que se manifestaban casi en una posición de ridículo, como
piezas arqueológicas que no entendían por donde pasaba el nuevo mundo. Macri no
puede llegar a tanto. Su camino es el de negar el conflicto. Sostener que esa
política de concreción de acciones sociales es altamente conflictiva y que por
una paz absolutamente impostada habría que sacrificar las resoluciones, las
acciones concretas. <br />
Otro ejemplo que funciona en el mismo sentido es el ocurrido hace unos meses
cuando en una villa de emergencia le reclamaban al gobierno de la ciudad un
micro para que los chicos pudieran asistir a la escuela. Una demanda tan
sencilla de resolver para el estado fue rechazada aludiendo que después en otras
villas iban a pedir lo mismo. Macri prefirió pagar el costo de un corte en la
autopista antes que brindar un servicio de tan fácil resolución para una gestión
de gobierno que podría otorgar muchos beneficios en relación a la educación de
los niños y a la organización de la vida de una comunidad. Lo que para la
gestión macrista sería un acto de beneficencia es en la lógica del trabajo
social una inversión que pone en valor la subjetividad de las personas
implicadas. Pero Macri no quiere darle entidad de sujeto a las personas
demandantes, quiere borrarlas en su capacidad de intervención. <br />
Opera en sintonía con el discurso mediático donde hace cuatro años que
anuncian una crisis. La propagandización del miedo necesita ser acompañada de
ese ajuste que algunos gobernadores intentan implementar. No se trata sólo de un
problema de dinero sino de ver como se puede contener a una sociedad que desde
hace nueve años es un factor decisivo en el avatar político argentino. Como en
los noventa el objetivo es destruir al pueblo como un factor determinante, como
un elemento de tensión al momento de implementar una política de estado. <br />alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-20257030518320138362012-07-15T13:28:00.000-07:002012-07-15T13:28:53.324-07:00La provincia de Buenos Aires como prueba piloto<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjavJIhIhXjeI9CoPg-xI0RAFdIBq0pkumByP0s3AvNyOgdWgsZwIVMDosSBt7-hXwFsHLtL3353h2ZD791nSuMPHFqCAYK5osDEXTAaAsfch4MuuQnn8r_02tVcS1PYN3S7c8iVC4mr0s/s1600/74495_121395074588941_100001553476362_145357_7699407_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjavJIhIhXjeI9CoPg-xI0RAFdIBq0pkumByP0s3AvNyOgdWgsZwIVMDosSBt7-hXwFsHLtL3353h2ZD791nSuMPHFqCAYK5osDEXTAaAsfch4MuuQnn8r_02tVcS1PYN3S7c8iVC4mr0s/s320/74495_121395074588941_100001553476362_145357_7699407_n.jpg" width="307" /></a>Si las acciones de los sujetos políticos nunca deben pensarse como simple
manifestación de un estado de ánimo personal sino que corresponden a un
entramado de estrategias de las que ellos son la cara más visible, las sucesivas
acciones del gobernador de la provincia de Buenos Aires esconcen algo más que
los límites de una ineficaz gestión.<br />
<br />
A mi me interesaba la audacia de pensarlas desde un sentido positivo,
entendido este como productivo, como generador de un sistema político, de una
ideología que busca propagandizarse. Me atrevo, entonces a afirmar que la
decisión de Daniel Scioli de pagar el aguinaldo en cuatro cuotas responde a una
prueba piloto que un sector importante de la política quiere ensayar: la de
volver a implementar el ajuste como un modo de señalar con un dedo a la
presidenta y decir: por el despilfarro de los últimos años ahora debemos
ajustar. No niego los problemas reales de la provincia en la que vivo, lo que
quiero expresar es que esos problemas no se deben a una ineficacia en la
administración sino a un resultado elegido, buscado. <br />
<br />
Si el kirchnerismo educó a la sociedad en la buena administración de
los recursos, en un modo pedagógico de instrumentar el dinero del estado para
crecer en todas las áreas, si el gobierno se convirtió en un modo de construir
soluciones y no repetir el latiguillo del no se puede, si el estado parece
funcionar más como aliado que como generador de obstáculos, un importante sector
de la derecha (por no decir toda) está harta de este mal acostumbramiento de la
ciudadanía. Si ellos quieren volver al poder tienen que pensar de qué modo van a
volver a instalar sus políticas de ajuste sin que la sociedad se rebele. Su
prédica contra la crispación y el conflicto no sólo obedece a una mirada
política que parte de la imposición silenciosa disfrazada de consenso, es
también una estrategia para demonizar cualquier toma de partido que implique una
consiente defensa de los propios derechos. Que las familias estén enfrentadas y
varios amigos se hayan dejado de hablar por diferencias políticas es para ellos
una escena reveladora del daño provocado por el kirchnerismo a la sociedad.
Entonces habrá que volver a esas instancias donde la armonía se construía
gracias al silencio cómplice, al modo elegante de eludir las verdaderas
diferencias. <br />
<br />
Que el sistema económico kirchnerista fracase es absolutamente necesario para
que la derecha pueda existir. Scioli es el experimento, el mascarón de proa para
intentar señalar un limite. El gobernador acepta el riesgo político porque su
construcción no se basa en su eficiencia sino en su modo ambiguo de diluirse.
Nunca tiene una opinión tajante, ni una decisión clara. Scioli es un gran
misterio. No se sabe qué le pasa. Es un ser impávido que se sostiene en el
maremágnum político argentino y que es dueño de un caudal de votos envidiable.
<br />
<br />
Pero la derecha, que es una gran generadora de conflictos, aunque intenta
borrarlos. Ha decidido confrontar abiertamente con la presidenta a partir de una
estrategia confusa. Es que la confusión es siempre su gran arma. Por eso no
quiere ciudadanos discutidores y críticos porque cuando comenzamos a
posicionarnos y aprendemos a defendernos son muchas las cosas que se salvan de
la gran espesura de la confusión. La derecha entonces vuelve con Scioli a las
viejas épocas donde una crisis internacional era la excusa perfecta para
justificar un ajuste. No se puede pagar el aguinaldo, no hay plata, haya que
reducir gastos. Lo intentaron como un modo de señalar que lo que había tocado
fondo era la política nacional y Scioli funcionaba como un díscolo gobernador
que lo ponía en evidencia. De ese modo buscan volver a establecer una situación
de malestar. Una sociedad ofuscada porque tiene menos dinero en el bolsillo.<br />
<br />
No es casual que este anuncia de Scioli viniera de la mano del paro convocado
por Hugo Moyano. Existe una fuerte voluntad de generar un clima de convulsión
social bajo la bandera del no conflicto. <br />
<br />
Por esos días quede deslumbrada con el discurso de varios dirigentes de
izquierda. En el programa de Gustavo Silvestre un coro conformado por Vilma
Ripol y Cristian Castillo decía que muchos trabajadores prefieren trabajar menos
horas para ganar menos y no tener que pagar impuestos a las ganancias. Pocas
veces he visto una mayor encerrona argumental . Vivimos un tiempo histórico en
el que una enfermara, un camionero un docente pueden llegar a un nivel salarial
importante, a tal punto de tener que rendir su impuesto a las ganancias. Pero,
justamente por esa razón los trabajadores prefieren ganar menos. Me encantaría
conocer un sistema político en el que quede abolido el pago de impuestos, un
país donde existan paritarias sin techo como exige Pitrola. <br />
<br />
Todo forma parte de una misma ideología propiciadora del fracaso. <br />
<br />
Es tan desesperado el afán de hacer fracasar al gobierno nacional que no les
importa sacrificarse. En gran medida porque Scioli como futuro candidato de la
derecha, no sería el hombre eficaz y estadista sino el restaurador de la paz de
los cementerios. La figura visible que se ocupe de apaciguar todo aquello que
los años de vehemencia kirchnerista pusieron en discusión.alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-13924858604944948182012-03-18T12:59:00.001-07:002012-03-18T12:59:20.533-07:00Debate<a href="http://www.revistadebate.com.ar/2012/03/16/5171.php">Debate</a><br />
Mi nota de ayer en Debate sobre la obra de teatro "Suspiros" con dirección de Julio Chávezalejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-40544741491922374992011-11-13T12:05:00.000-08:002011-11-13T12:07:14.399-08:00Más allá de la simulación<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgranTKBMtYA_EVCNsj5xQSe4vopAS5O-t0dtgEQirokZXXCpZpxumebEUYYZ6N4s31UD8uZDh7fxHE3Iv8T_Bo7vU5dlLLFSZovswicR3R56gVD74-UUxE82H8FQ41Npaw3L6sR69dQt4/s1600/313305_123621534412138_100002928756812_135256_117851380_n.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 223px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgranTKBMtYA_EVCNsj5xQSe4vopAS5O-t0dtgEQirokZXXCpZpxumebEUYYZ6N4s31UD8uZDh7fxHE3Iv8T_Bo7vU5dlLLFSZovswicR3R56gVD74-UUxE82H8FQ41Npaw3L6sR69dQt4/s320/313305_123621534412138_100002928756812_135256_117851380_n.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5674574448528640002" /></a><br />El simulacro parece ser una de las estrategias políticas a las que la oposición, y ciertos intelectuales antikirchneristas, se aferran con más persistencia. <br /><br />Este mecanismo supone el develamiento de una impostura que sostiene y encuadra todas las acciones que llevan el nombre de kirchnerismo. Existe por lo tanto, un amplio sector social que estaría ciego frente a esta simulación o que, aún viéndola ,decide ser permisivo por cierto bienestar material.<br /><br />Lo llamativo es que este recurso viene dando muy malos resultados y la insistencia ha llevado a la disolución de varios espacios y líderes políticos. Sorprende, por lo tanto, que importantes intelectuales que deberían cuidar su capital intelectual se empeñen en agrandar esta ilusión con la esperanza de que algún día alguien la crea.<br /><br />Suponer que se puede erosionar un proceso político de alto grado de fervor y participación popular con el argumento de que todo se trata de una simulación, una impostura, que la presidenta finge dolor, que a nadie le importan los derechos humanos y el pueblo, que todo se reduce a un grupo de periodistas pagos y a planes sociales, suena ingenuo y poco político. Se trata de una estrategia que sigue pegada a la lógica de los años noventa. En primer lugar intenta recuperar un espíritu de despolitización al querer instalar la idea de que todo aquello que surge desde un ideario político debe ser falso y que se vuelve más falso cuanto más efectivo es. Si le sirve para ganar elecciones quiere decir que se trata de un mero instrumento político, no de un sentimiento o de un proyecto de estado. <br /><br />Pero hay algo más. Lo que algunos intelectuales hacen es convertir su rechazo, su aberración frente al kirchnerismo en una totalización que debería fundar una ideología. Esto es muy noventoso. En los noventa se vivió el apogeo de cierta estética del yo que convertía la percepción de un individuo en la fundamentación de cualquier idea que surgiera de esa percepción. Gracias a este mecanismo que legalizó la crónica (como detalle valdría recordar que uno de los intelectuales que hace uso y abuso de este método es un destacado cronista) se podía hablar aún desde la ignorancia más extrema porque ya no importaba la argumentación, los datos duros, la confrontación de las ideas de ese sujeto con la realidad sino que el mero estado de ánimo de quien hablaba era suficiente para sostener un discurso que se validaba en sus propias leyes. <br /><br />En los noventa había un alto nivel de permisividad frente a estos discursos porque la realidad era muy débil. Incidía poco en las lógicas de verdad o falsedad. Todo podía ser relativizado al extremo pero desde que se instaló una fuerte recuperación de la política los discursos siempre entran en tensión con un afuera que los pone en crisis o los actualiza, le da legitimidad o los desvirtúa. Las construcciones simbólicas,discursivas deben pelear en ese territorio donde se ponen a prueba. <br /><br />El ejemplo más extremo se observa en los trabajos de campo que realiza Beatriz Sarlo. Ella va a los espacios donde están ocurriendo los hechos pero es en ese momento donde ella realiza el acto de impostura que señala en los demás porque si no fuera sería exactamente lo mismo. Es una persona que no puede salirse de su estado de negación y rechazo, por lo tanto la realidad no es una materia de análisis para ella sino un campo de negación para filtrar su teoría y tratar de enmarcarla a la fuerza. <br /><br />No sólo se trata de una actitud fuertemente elitista donde un sector estaría diciendo: lo que a mi me pasa tiene que ser la realidad. Sino que expresa una forma política que se aleja de cualquier idea de construcción, fundamentalmente porque no tiene a lo real como el escenario de su acción sino que piensa el discurso intelectual como un arma que trastoca permanentemente lo real, que cierra el camino a la acción, encuadrándola siempre bajo el disfraz de la impostura. Si se siguiera su discurso hasta el final lo que encontraríamos es un glorificación de la no acción. Su enemigo son los sujetos que construyen historia. Para ellos la historia ya se ha terminado y hacer implica mentir. <br /><br />Cuando uno escucha a Marcos Novaro decir que este gobierno concentra más poder que una dictadura la pregunta que se instala, casi automáticamente es ¿por qué lo dice? ¿qué finalidad encierra esta afirmación? Podríamos suponer que busca convencer a la ciudadanía de que estamos viviendo en una dictadura y de ese modo desmoronar al kirchnerismo. Es bastante absurda como estrategia política. Niega por un lado la participación popular como un factor que no puede desarticularse con frases destempladas dichas en un canal de televisión. Suponer que el nivel de militancia, identificación y afecto que genera el gobierno nacional puede entrar en crisis señalando que el pueblo es engañado por una dictadura ,supone un fuerte desconocimiento de lo que implica la política en el campo de la acción popular. En todo caso su derrumbe vendrá por la desilusión que el mismo gobierno genere, como ocurrió en las felices pascuas alfonsinista. Frente a una sociedad politizada e involucrada ese tipo de proclamas no alcanzan para debilitar un proyecto político. Es el recurso de la impotencia, del que no sabe qué hacer ni que decir y entonces se defiende señalando que todo es mentira. <br /><br />Pero el dato que no debemos olvidar es que ese recurso sirvió durante mucho tiempo y la batalla cultural que se sostiene desde hace varios años buscó quitarle efectividad a esa manera cómoda de resolver la disputa política. La falta de conflicto que ellos añoran se sostiene el el reinado del desencanto y el abatimiento. Cuando no se cree en nada es fácil no confrontar. <br /><br />También es un modo de no aceptar la derrota. Al decir que todo es falso se construye la posibilidad de ganar en un futuro, cuando se revele la mentira.alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-49738507653681912062011-08-07T14:25:00.000-07:002011-08-07T14:27:42.145-07:00Cuando la literatura es la culpable de todo<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgceyC2VaLa5eYU04PJea2YOLzA5o57BQO25TjXgY0FU4EJ7zLACZeLFg3qlDnBgSmQalM0bZ4Uo4zSoF1WX92cKNKpLtyYnrPT8wPmB9zvI-wr-ugewdoW-cNuRNeiRg_dsc8tCSSZwJY/s1600/Ambrossini_Sin_t_tulo_1961_100x110cm%255B1%255D.JPG"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 239px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgceyC2VaLa5eYU04PJea2YOLzA5o57BQO25TjXgY0FU4EJ7zLACZeLFg3qlDnBgSmQalM0bZ4Uo4zSoF1WX92cKNKpLtyYnrPT8wPmB9zvI-wr-ugewdoW-cNuRNeiRg_dsc8tCSSZwJY/s320/Ambrossini_Sin_t_tulo_1961_100x110cm%255B1%255D.JPG" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5638228848113751714" /></a><br /><em>Por Alejandra Varela <br /><br />Una versión de esta nota se publicó en la revista Debate en el mes de junio de este año </em><br />Hay algo que no se puede decir. Una vida mundana se derrama en el ímpetu adolescente pero es inútil cuando de hablar se trata. La inteligencia se convierte en un instrumento que se esculpe y en un refugio. Por momentos una jovencísima Susan Sontag parece soñar una existencia sin sexo, donde la soledad respire el éxtasis de la literatura. Pero esa simpleza no alcanza para resolver un deseo temprano hacia las muchachas y un sueño de bisexualidad como la máxima expresión de plenitud.<br />Los temores de una adolescente precoz están signados por el destino de la monotonía académica. Sontag se zambulle en la noche gay de San Francisco donde encuentra su verdadero nacimiento pero también se imagina una vida de errancia frenética que tiene el tono de la desdicha. <br />El diario que la brillante novelista y ensayista norteamericana escribió hasta sus treinta años no es más que esa herida donde Sontag se abre para que el lector ejerza sobre ella la crítica despiadada que tan filosamente estampó en sus libros. Los mundos por los que ella transita son altamente conflictivos. El amor entre mujeres es una braza que rápidamente se transforma en una barra de hielo. Leer Renacida es sufrir ese desamor permanente, esa indiferencia cotidiana, esa ajenidad que le devuelve el ser amado. <br />La joven aspirante a escritora visita la casa de Thomas Mann y registra en su diario frases telegráficas, son momentos donde Sontag parece buscar una escritura alejada de toda subjetividad, casi despersonalizada, pero su furia hacia ese padre de familia atildado que hace de su homosexualidad un recurso literario, se manifiesta en una cita de Bacon: “Todo de lo que se apodera la mente y en lo que se concentra con singular satisfacción debe ser tenido por sospechoso.”<br />Ella no va a permitir que su mente domine su cuerpo Quiere asumirse como un ser sensual. Pero también sabe que es en la soledad donde será bella, única, donde adquiere el verdadero dominio de su vida. Y en un giro imprevisto la chica de dieciocho años se casa con un profesor de Chicago, aunque sospecha que todo se debe a su instinto de autodestrucción.<br />Junto a Philip Rieff empiezan los sueños intensos, la migraña y el diario se vuelve famélico. Sólo cuando está dispuesta a teorizar sobre esa insatisfacción, sobre ese estado repetitivo, disciplinado del matrimonio, las hojas se tornan más abultadas. Ese rencor que estalla en las peleas queda impregnado para siempre en el mundo conyugal de Sontag, se trate de hombres o de mujeres. Hay un ultraje en el amor que no tiene remedio y que sólo llega a su fin el día en que ella se decide a asumir el abandono.<br />El dolor se trasluce en Sontag en la enumeración de acciones cotidianas, en un listado de rutinas en las que no se involucra. Una descripción objetiva, despojada de sentimientos. Empieza a imaginar que el verdadero carácter es aquel que logra endurecerse, que abandona la indulgencia hacia los demás, que no teme herir si saldrá entero de la batalla. <br />La dulce ambición de tener una voz, de encontrar el propio estilo, se desarma ante la tentación de una vida de a dos, ese gran engaño al que no deja de someterse.<br />En las hojas de su diario aparece dibujado con precisión el retrato de su mimesis con el Albatros que profetizaba Baudelaire. Páginas manchadas de sangre ante cada herida que le provoca su amada Harriet. Por ella se convirtió en Nora y dejó a su esposo y a su hijo. Entonces se rompen los límites de la palabra y lo que Sontag ensaya es la construcción de otra mujer que puede hundirse en amores no correspondidos, estirar su agónica existencia hasta el límite de lo insoportable y salir de ese naufragio dispuesta a dejar de una vez por todas esa pereza que la aparta de su trabajo de escritora.<br />La literatura es la única arma que le permite encarar esa guerra y, a su vez, justifica su lesbianismo. Es que la joven Sontag vive con demasiada inquietud su condición de marica (como ella misma se define) que la ubica en una zona de debilidad frente al mundo. Sólo le queda ocultarse y en ese escondite la escritura es la opción para salir a la luz, para volverse aceptada. <br />Problematiza cada vez más su lugar social en relación a la palabra. Se autoexige hablar menos, guardarse esa dedicación por parecer interesante para la intimidad del papel. Pero la mirada del otro le importa demasiado. Ensaya todo un proceso de autocrítica en relación a los vínculos que intenta velar, transformar en sentencias. Esa imposición de la popularidad, que Sontag observa tan propia de la cultura norteamericana, es una manera de cosificarse, de fundirse en la normalidad para vencer el terror que le despiertan los otros.<br />La literatura la ha enfermado, la literatura es la culpable de todo. <br /><br />Renacida - Diarios tempranos, 1947 - 1964 - <br />Susan Sontag <br />Editados por David Rieff<br />Mondandorialejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-37622594873331332712011-07-31T16:14:00.000-07:002011-07-31T16:17:22.396-07:00La palabra de los muertos<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-oNL7TRncfuBJd9mdb6-xkPylAm1CnyVjp1K1U5xoPxVBWTDF5_OTDBJx0jZNO4QDWzPDYhgTCOCRViVcrMJCCAKZ4Qzyn2GWTXLGrXmua_p9rPEyjsCOvelXBWM62FuIh0b2mSJQiLc/s1600/Hamlet%252C+el+se%252B%25C2%25A6or+de+los+cielos+12+-+Cr%252B%25C2%25AEdito+Alejandro+Zanga.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-oNL7TRncfuBJd9mdb6-xkPylAm1CnyVjp1K1U5xoPxVBWTDF5_OTDBJx0jZNO4QDWzPDYhgTCOCRViVcrMJCCAKZ4Qzyn2GWTXLGrXmua_p9rPEyjsCOvelXBWM62FuIh0b2mSJQiLc/s400/Hamlet%252C+el+se%252B%25C2%25A6or+de+los+cielos+12+-+Cr%252B%25C2%25AEdito+Alejandro+Zanga.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5635659410850689282" /></a><br /><em>Una versión de esta nota se publicó en la revista Debate en el mes de junio<br /><br />Por Alejandra Varela </em><br />Desde las catacumbas de la cárcel de San Pablo llega una voz casi profética. El hombre es el sujeto social de los años noventa. Hundido en la miseria más absoluta se convierte en millonario gracias al delito pero siempre conservará su apariencia y su estigma de pobre. Entiende su época y abre el camino para una guerra. <br />Rubén Pires lee acertadamente en Hamlet una historia política .Un posicionamiento tan contundente borra todos los lugares comunes que han degradado al mito shakespeariano a una historia edipíca o al drama de un ser reconcentrado. Hamlet, acotado al nombre de H, es aquí un joven activo y cuestionador de su tiempo. La famosa duda que atravesaba el texto clásico nada tenía que ver con una actitud timorata o cobarde. La interpelación de Hamlet se sostenía en la duda cartesiana que cuestionaba el saber establecido para enaltecer la potencia del iluminismo. Los sujetos que sabían utilizar la herramienta de la razón podían transformar la realidad.<br />Hamlet es un texto revolucionario donde un hijo, que decide no cumplir el mandato paterno, establece una fisura gerenacional. En Hamlet, el señor de los cielos, se recupera ese estado de combate que en gran parte de las puestas del drama de Shakespeare se atenúa hasta volverse inexistente. La guerra, en la versión de Pires, estalla entre los jefes del narcotráfico mexicano en el momento en que el líder del Cartel de Juárez es asesinado mientras se realizaba una cirugía estética. <br />El teatro parece animarse a hablar de los años noventa. Mientras que en esa década despiadada la realidad parecía ser el mero resultado de una subjetividad, sólo interesada en los universos íntimos, hoy se asoma una dramaturgia que la expone desde la crudeza de ciertas intrigas, tan sanguinarias como el deseo de poder de esos reyes del Renacimiento Sorprende que pueda convertirse en una tragedia cuando la posmodernidad anunciaba la muerte de los grandes relatos.<br />Queda claro, en la mirada levemente distante que realiza Pires, que aquellos individuos capaces de ejecutar una acción social contundente estaban ligados al delito. También elude la trampa en la que han caído tantos directores de asimilar ese mundo del poder que presenta Shakespeare al obvio reflejo de un gobierno latinoamericano repitiendo el guión del consenso de Washington. El poder ha estado siempre en otra parte.<br />El juego de equivalencias que implica toda adaptación supone una opinión sobre el texto de referencia. El momento decisivo en el que H se enfrenta a la revelación de la verdad, trasmitida por el espectro de su padre, es la instancia donde el joven debe asumir el lugar que quiere ocupar en la historia. Allí descubre también que el rey destronado era tan cruel como Claudio (su tío que en esta versión porta el sugestivo nombre de Mauricio). Hamlet no quería repetir la historia que fueron trazando sus antepasados, ligada a un mundo construido sobre la venganza. Aquí H necesita desentenderse del peso de la herencia criminal de su familia y realizar una acción parricida por partida doble.<br />Otro acierto de la versión de Pires es haberle dado un rol estructurante a la figura del joven Fortinbrás, un personaje que en el drama shakespeariano aparece solo al final pero que guía la acción de Hamlet. Fortinbrás ha conseguido organizar un ejército insurrecto que se enfrenta al rey de Noruega. Aquí es un pequeño narcotraficante en ascenso pero se desdobla también en la figura de Marcos, el presidiario de San Pablo, gran inspirador ideológico de H.<br />Bajo la lente de un universo mucho más cercano para el espectador, los reparos que le impiden a H matar a su tío adquieren un valor más comprensible. Hamlet no puede organizar una estrategia política que involucre a su entorno porque todos responden a la lógica sanguinaria de su tío, él ha cavado por debajo de la tierra como un viejo topo y ha ocupado sus conciencias. H es un ser mucho más simple que Hamlet, sus contradicciones en esta puesta debieron ser derivadas hacia otros personajes. Pires apostó a que el público pudiera identificarse con el personaje de H, que aparece como uno de los pocos sujetos puros en ese entramado de brutalidad. <br /><br /><em>Hamlet, el señor de los cielos se presenta los sábados a las 21 y los domingos a las 20 en el Teatro La Mueca - Av. Córdoba 5300</em>.alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-75443799395170592902011-06-19T15:27:00.000-07:002011-06-19T15:29:35.838-07:00La banalidad de Cannes<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6CLs1Ec1sbZqIkS4lnvjvJUgiud7teXa5RNOla3bAwO_C30-Gxaa74TeqeNXIYd7Ekla5zWni5WvIuzGxb_sbOTeTbQP1SV6BJemv2l0k_pUO-RjLLdGettJrrvHenycgSEGW1V4PWzA/s1600/FARSA+Producciones+-+Logotipo+copia.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 72px; height: 72px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6CLs1Ec1sbZqIkS4lnvjvJUgiud7teXa5RNOla3bAwO_C30-Gxaa74TeqeNXIYd7Ekla5zWni5WvIuzGxb_sbOTeTbQP1SV6BJemv2l0k_pUO-RjLLdGettJrrvHenycgSEGW1V4PWzA/s400/FARSA+Producciones+-+Logotipo+copia.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5620061568872963938" /></a><br /><em>Una versión de esta nota se publicó en la revista Debate el sábado 28 de mayo<br /><br />Por Alejandra Varela </em><br /> Primero está el personaje. Lars Von Trier es un provocador pero a su vez es un alma que sufre. Un hombre que filma escoltado por un acompañante terapéutico, un ser anómalo que crea decálogos para después burlarse de ellos y una de las mentes más lúcidas del arte contemporáneo.<br /> Nada lo disculpa de haber soltado una frase tan desconcertante como peligrosa "Yo entiendo a Hitler, aunque comprendo que hizo cosas equivocadas, por supuesto. Solo estoy diciendo que entiendo al hombre, no es lo que llamaríamos un buen tipo, pero simpatizo un poco con él", lo dijo en una conferencia de prensa en el festival de Cannes, cuando presentaba su film Melancolía. Tal vez le haya importado más el efecto perfomático de sus palabras que las gélidas heridas que podía provocar en un público que pasó a convertirse en víctima. El danés demostró con eficiencia que en la transgresión no se destruye el límite, por el contrario, se lo potencia.<br /> Fue justamente el nazismo el que observó en la moral un límite que era necesario superar. Instrumentó un mundo donde la piedad debía ser dejada de lado. La imposibilidad de ponerse en el lugar del otro, de sentir compasión, banaliza cualquier dolor, lo relativiza al extremo de negar su existencia. <br /> La piedad y el temor son los dos recursos que señalaba Aristóteles como fundamentales para producir la empatía con el espectador. Von Trier los ha trabajado en cada uno de sus films con una mirada renovadora. En Bailarina en la oscuridad, servían para estimular un efecto de distanciamiento crítico. La conducta de Selma (un personaje encarnado con maestría por la cantante Björk) respondía al esteriotipo de la bondad sacrificial pero la joven obrera sólo recibía de parte de su entorno los más feroces castigos. Ella era la culpable que moría en la horca y el espectador lloraba en su butaca ante el ensañamiento que despierta la mansedumbre. Un Von Trier diez años más joven, muñido de la Palma de Oro, afirmaba que la sociedad europea era la responsable del nazismo. <br /> Cuando las distribuidoras decidieron suspender la exhibición de Melancolía en buena parte del planeta (de este planeta que Von Trier hace estallar en su último film) estarían demostrándole al cineasta danés que sus palabras tienen consecuencias. Pero también implicaría la suposición de que proyectar sus films, o asistir a las salas donde se presenta, significaría estar de acuerdo con sus declaraciones.<br /> No sólo se trataría de un error o de una contradicción. Esta determinación despierta un problema mucho más profundo. La obra de Von Trier no puede soslayarse sin que esto no contenga un conflicto, un dilema intelectual porque se trata de un autor que identifica con deslumbrante claridad las diferentes mutaciones por las que atraviesa el fascismo, sus formas microfísicas y las despliega con cierta extrañeza. Ilumina los mecanismos ocultos de esos compartimientos que los sujetos ya han normalizado para mostrárselos descarnadamente y señalarle que allí, en él mismo, en su modo pasivo de identificarse con el poderoso está el germen de ese Mal que Von Trier dice comprender. <br /> Se trata de un autor que despierta conciencias. Entonces ¿por dónde pasa la ideología de un artista? ¿es preferible un creador políticamente correcto pero artífice de una obra complaciente? <br /> Es imprescindible discutir el arte y los discursos de Von Trier pero negarle a una buena cantidad de público sus films se parece demasiado a un castigo y a una nada inocente incomprensión sobre las resonancias políticas de una producción estética que no se reducen a los comentarios de su autor.<br /> La afiliación de Martín Heidegger al partido nazi tiene una contundencia material e histórica imposible de atenuar pero si sus libros hubieran sido inhallables, si se hubiera suspendido todo acceso a su obra, el pensamiento de muchos de los autores que bebieron de sus ideas como Michel Foucault, Alain Badiou y la mismísima Hanna Arendt, se encontraría severamente mutilado. Como la obra de Heidegger tiene una complejidad que la aleja de una mirada unívoca o partidaria, la mayoría de sus discípulos se ocuparon de discutir al poder fascista y de otorgar herramientas para la acción de los más débiles. <br /> Von Trier sabía lo que hacía. Echarlo del festival era la respuesta más previsible en el guión de los organizadores de semejante vidriera internacional. Alguien que ve en la humanidad toda, pequeños focos de nazismo se auto declara nazi para provocar el nazismo del otro. Como sus heroínas, se ofrece como mártir de un Mal que sólo aguarda las condiciones para poder manifestarse.alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-23645957841725802582011-06-12T14:44:00.000-07:002011-06-12T14:47:13.949-07:00Los poemas más viejos del mundo<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7P6mtCsIxyncQYmHm5sNhzS_99enioPyEUKc_1dmcEwiNlRPpDpdryeYuKf7DvlOI3cp8kxjvgVxTU80fE2ImF9VVU7-xlxpyrqsX2AOiu3F-UXMTg2pFIKlKcSjNrgfKk_VhGdyPEnY/s1600/Atsuko-Ku-11Comunicado.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 284px; height: 198px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7P6mtCsIxyncQYmHm5sNhzS_99enioPyEUKc_1dmcEwiNlRPpDpdryeYuKf7DvlOI3cp8kxjvgVxTU80fE2ImF9VVU7-xlxpyrqsX2AOiu3F-UXMTg2pFIKlKcSjNrgfKk_VhGdyPEnY/s400/Atsuko-Ku-11Comunicado.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5617453088400492722" /></a><br /><em>Una versión de esta nota se publicó en el Suplemento Las 12 del diario Página/12 el viernes 27 de mayo <br /><br /> <br /><br />Por Alejandra Varela </em> Puede parecer un juego inocente que una mujer desee ser como la luna pero cuando esa mujer le pide al paisaje que contempla que le otorgue una fuerza sobrenatural, se presiente el encierro.<br /> Las poetas chinas hacen de la descripción un símbolo y de su espera un estado de claustrofobia. Repiten obstinadamente el cliché de la heroína que aguarda el regreso de su amado, o tal vez se trate de un personaje creado en el papel para distraer al enemigo. A la escritura siempre se le pide que actúe como una forma de resistencia pero también puede calzarse como disfraz cuando comienza la simulación . <br /> Hay cierta levedad en la manera en que detallan su atuendo, la forma de ser miradas. El agua parece marcar el destino. Entonces es fácil imaginar que se han resignado, que entienden que en la China del siglo V todas las bifurcaciones atrapan a las mujeres pobres en una línea que parece recta y las clava en una historia repetida hasta el siglo XXI. Habrá que dejarse llevar por el mar que siempre aleja al hombre amado o habrá que gritar y partir. <br /> En la “Antología de poetas prostitutas chinas” que presenta la editorial Visor de España pocas veces se alza la voz. Los poemas son el testimonio de una sociedad sometida que se expresa en símbolos ,dentro de una cultura donde la poesía es el requisito esencial para variados oficios. Desde finales del siglo VII se le exigía a cualquier aspirante a funcionario público que presentara un poema junto con sus dotes y virtudes. Saber versificar era un requisito excluyente para llegar al gobierno o solicitar un empleo. En una sociedad que amaba las imágenes y la sonoridad de las palabras era imposible que los versos no se mezclaran en las prácticas sexuales.<br /> Wu Shuji fue abusada por un joven rico y encarcelada por conducta inmoral pero logró la libertad al decir “Ojos de ebriedad abiertos / Abiertos ojos somnolientos”.Trastocar el veredicto de un jurado, que pasó de considerarla un objeto de tentación y conductas impropias a entenderla como una víctima gracias a su destreza poética , parece una fantasía propia de una novela rosa pero en esta historia es el detalle de una compleja realidad donde la crudeza de estas biografías se cruza con las sensibilidades que despierta la palabra. Como si la tristeza infinita de su poema fuera la prueba luminosa del agravio que estalla en cuanto la pluma lastima el papel.<br /> Hay algo del orden de lo simbólico que tiñe a la sociedad china de un entramado poético. Su arte recurre a un altísimo nivel de codificación, muchas veces con escasos significados para el espectador occidental. La palabra siempre es menos inocente de lo que una mirada apresurada roza en la superficie.<br /> La infelicidad es la esfera en la que se encuentran atrapadas. Lu Huinu es una de las pocas que se permite ser explicita al denunciar que fue vendida por sus padres. El sonido del laúd, instrumento con el que solían acompañar sus interpretaciones poéticas, es siempre la música del llanto. <br /> Las matronas de los burdeles procuraban instruir a las jóvenes prostitutas en la poesía, el canto y el baile para atraer a clientes exquisitos. Los prostíbulos públicos fueron ideados desde las sucesivas dinastías que llegaron al poder en China a partir del siglo VII a de C. Los hombres estaban obligados a viajar y a permanecer por largos días lejos de sus esposas. El mismo reino se ocupaba de brindarles consuelo. La prostitución se había convertido en parte del diseño del estado.<br /> Los cantos de amor que florecen como yuyos silvestres en estas páginas tienen la aparente convención de la mansedumbre femenina pero en la época de la colonia, en tierras argentinas, a las chicas que vendían sus encantos se las llamaba “Las enamoradas”.Se afirmaba que el amor era cosa de prostitutas porque las otras mujeres se casaban por conveniencia. ¿Por qué no pensar que el oficio de meretrices hermanaba a chinas y criollas en asuntos del corazón?<br /> La estrategia para liberarse de su destino no se descubre tanto en la rebelión como en la astucia. En este catálogo de autoras se despliegan los trofeos de la participación en variadas antologías, la amistad y el reconocimiento de célebres poetas y la independencia que a veces las transformaba en sacerdotisas taoístas, o en recluidas escritoras que establecían diálogos con las peonías . <br /> El prestigio como poetas, la belleza de su canto podían permitirles alcanzar el grado de concubinas. Pero si el amo de la casa partía nunca faltaba alguna esposa que las desterrara al camino.”Me he esforzado por levantarme/con mi cuerpo endeble”, suspira Liu Rushi,“A la puerta veo sauces/pegados unos a otros”.La descripción del entorno sirve para despersonalizar la situación, para evitar el conflicto, como si todo obedeciera a los ciclos naturales de un paisaje que parece ser la única compañía.<br /> La percepción del afuera esta signada por el ánimo de la autora. Aquello que en apariencia es mera objetividad de colores y formas, se revela como protesta. <br /> Son mujeres a la intemperie pero su quietud delata la clausura. <br /> Impenetrable, como esos dibujos que son las letras chinas al costado de la página que escoltan la traducción en español, parece el alma de estas poetas, en apariencia sumisas a esa centralidad del mundo masculino que las obliga a practicar el amor cortés .Ellas escriben lo que toda mujer puede decir cuando la palabra se marca en el territorio de los hombres, que sólo viven para esperar al ser amado, que si él muere se suicidan o se hacen monjas. Los textos atraviesan varios siglos pero todos tienen una uniformidad que implica un aprendizaje en los modos de convertir el poema en una forma decorativa, casi igual al peinado y los vestidos, al comportamiento armonioso de la geisha al colocarse en la escena. <br /> Al ser la escritura una práctica tan generalizada se vuelve menos peligrosa. Durante la Edad Media, en occidente, el mundo de las letras estaba reducido a un minúsculo grupo de hombres. En China sorprende la masividad de la escritura . Es claro que las institutrices de burdel hacían un trabajo ideológico. Educar a las jóvenes empobrecidas, aquellas que habían quedado huérfanas o que habían sido vendidas para emparchar la pobreza de sus familias, tenía como condición indispensable la domesticación. <br /> Pero la fisura se produce cuando se presiente una interioridad en la manifestación de esa soledad a la que parecen condenadas. El paisaje funciona como un plan de evasión porque su poesía no es tan auto referencial como la occidental. La anécdota no es un recurso estructurante, es el anzuelo tranquilizador de quien se refugia en ciertos lugares comunes para no ver el peligro que estalla al momento de describir a una pareja de gansos silvestres.<br /> Una composición de la escena fija la imagen como si todo remitiera a un mismo tiempo, mientras cada mujer parece una estación en el infinito viaje que realizan los hombres, permanentes personajes en fuga. Su ausencia sería la excusa para escribir, allí nace el mito de las ocas como mensajeras de los enamorados, un sin número de leyendas para inventarse una compañía. <br /> Un movimiento pendular refleja la sonoridad de Liu Rushi cuando confiesa “Ahora entiendo que ha sido mi ardiente pasión/el motivo de todos mis sufrimientos/¿Para qué buscarlo en otro sitio?”.La voz que se inculpa recibe como respuesta el canto de Xue Tao “Señores generales,/no miréis con codicia/riquezas de estos pueblos./Mirad, pues, desde lo alto de la torre,/lo que está más lejos”.Un grito político como una tenaza que rescata a la protagonista de su introspección y la ubica en el centro de un escenario que de a poco deja de ser borroso.<br /> Guijian Chen se adivina como un maestro de ceremonias que invoca a los lectores a recorrer el texto sin prejuicios.“Puede haber gente que se escandalice ante el título de este libro y pregunte: -¿Será un error de imprenta? ¿Será un cuento chino?” Se preocupa por aclarar en el prólogo que la práctica poética asociada al oficio más antiguo del mundo no es una curiosidad en China sino un micro género conformado por doscientas autoras.¿Una gota de agua en el mar de las diez mil poetas identificadas a lo largo de la historia China? Puede ser, pero no se trata de una discusión cuantitativa. Si durante la dinastía Tang (618 -907) considerada la edad de oro de la poesía, las tres principales autoras, Ly Ye, Xue Tao y Yu Xuanji fueron prostitutas, se descubre un nivel de influencia que las saca de la marginalidad intelectual que se sospecha al enfrentarse con la tapa del libro.<br /> Se narra la travesía de un cuerpo de poemas que fueron negados durante siglos. Si se conquistaba su lectura era al costo de borrar el nombre de las autoras.“Prostituta de la ciudad X” era la firma que rubricaba los textos. Recuperar los nombres, las individualidades y los recorridos complejos de vidas que fueron mucho más que la linealidad de un rótulo, era una operación política que Chen debió tomarse más en serio. <br /> La apertura institucional que le permitió a la sociedad china reencontrarse con esta parte de su pasado y darla a conocer al mundo hispano, merecía el trabajo de develar el modo en que el poder actúa en la asignación de las palabras.<br /> Al elegir un título como “Antología de poetas prostitutas chinas”, Chen tritura la biografía de esta veintena de autoras que no logran eludir la tragedia. <br /><br />Antología de poetas prostitutas chinas (siglo V - siglo XXI) - Guojian Chen - Colección Visor de Poesíaalejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-38671754764448180112011-05-22T14:17:00.000-07:002011-05-22T14:21:31.107-07:00“A mi me gusta trabajar con los obstáculos”<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixDCnfTl9913r_Z_5-dhOGbIIaUGPbOReL8SJZRyxwkpj1ercv5xDH1K7r-U0xO3zMEMomUVLNe1elaa9rrhjcP3CAAbcNsd0OYFbcHBrg6h0ZAlIRgs3QU-jzMYGq_C_C5zK3ASIFIs0/s1600/Lo+ultimoAliciaRojo+02.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 191px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixDCnfTl9913r_Z_5-dhOGbIIaUGPbOReL8SJZRyxwkpj1ercv5xDH1K7r-U0xO3zMEMomUVLNe1elaa9rrhjcP3CAAbcNsd0OYFbcHBrg6h0ZAlIRgs3QU-jzMYGq_C_C5zK3ASIFIs0/s320/Lo+ultimoAliciaRojo+02.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5609653687064522722" /></a><br /><em>Una versión de esta entrevista se publicó en la revista Debate el sábado 14 de mayo<br /><br />Entrevista a Paco Giménez <br /><br />Por Alejandra Varela </em><br />Se acercó al teatro en los setenta y se dejó incendiar por el fuego de la política. Después vinieron los años del exilio y se refugió en un cabaret mexicano donde se convirtió en cómplice de las andanzas musicales de Liliana Felipe.<br />Paco Giménez construyó su teatralidad desde la artesanía de los grupos de teatro que fueron naciendo a su amparo entre Córdoba y Buenos Aires, hasta que un día logró convertirse en una marca, un director respetado al que se le exige menos y que siente el gusto de haber conquistado algún derecho a la indulgencia. <br />Las asociaciones discontinuas, engarzadas en un puzzle que ocurren arriba del escenario de la sala Cunill Cabanellas en el teatro San Martín, cuando su puesta de Lo último que se puede esperar intenta, una vez más, hablar del remanido tema del fin del mundo, son apenas el borrador de otro conflicto. En las sombras está Paco Giménez con el apuro de hacer confesiones .“La idea del final nos rondaba por distintos lados porque existe la posibilidad de que este sea el último trabajo del grupo La noche en vela.” <br />Esta entrevista tal vez sea la crónica de la declinación de un deseo. <br /><br />En ningún momento la obra trasmite una sensación de Apocalipsis o de final, lo que prevalece es el humor ¿Fue algo pensado, fue tu objetivo como director? <br /><br /> No, eso es algo que aparece con las escenas que se van inventando, uno se va dando cuenta cuál es la actitud, lo que cada actor va imaginando. Desde el comienzo hice una gambeta a todo lo que puede ser el pánico, a lo espectacular que puede tener un acontecimiento como este. Estamos haciendo teatro, no cine, no era fácil entrar por ese lado, no era interesante tampoco. Se desnudó esta actitud que vos ves que llega hasta un punto de melancolía <br /><br />Elegir un tema como el fin del mundo ¿no podría pensarse como un modo de poner pesimismo en un contexto social y político optimista? <br /><br /> O cinismo. Es que es fácil jugar con ese morbo y es más rico para el teatro. Se trata de la mordacidad o la estupidez de las personas, la nuestra. La acción, la inacción. O a lo mejor es un material muy caro para el grupo, yo creo que en todas nuestras obras ha campeado ese tipo de humor. <br /><br />Ibas a armar una puesta en torno a una cena de revolucionarios para el Bicentenario y finalmente terminaste con una temática que tal vez sea lo contrario a la idea de revolución, o la revolución más extrema <br /><br /> Es un material que ha surgido de un territorio muy propio de los actores. Tratar el tema de qué es una revolución nos llevaba a estudiar y me terminó gustando que fuera más intuitivo porque los anteriores trabajos de La noche en vela han sido bastante sesudos. Uno ha indagado en ensayos, en obras de teatro. En cambio acá no había que preocuparse si se distorsionaba un tema, una línea, antes si, nos cuidábamos, teníamos una orientación, en cambio acá se podían hacer todos los disparos al aire que se quisieran. <br />Dijiste que te habías basado en la patafísica para pensar la historia <br /><br /> Con eso justificamos nuestra disciplina. Siempre se busca encontrar algo con qué justificar lo que uno hace y poner en crisis los temas. Hacer una obra donde uno sostiene una idea ya armada no me interesa. Además somos tantos, trece personas que tienen una mirada sobre el mundo totalmente distinta, un gusto teatral totalmente distinto. Lo único que tenemos en común es querer estar haciendo algo juntos. Entonces el espectáculo es un compendio de todas esas posibilidades, esa variedad y esa es la tarea que me toca a mi, crear una circunstancia escénica que albergue, contenga. Yo siempre digo que es el negativo de un país. Porque ¿qué ocurre con los habitantes de un país? Se tienen que adecuar a un sistema y eso cuesta. Están los que se benefician, los que lo padecen, los que se la tienen que bancar. Acá es al revés somos estos integrantes del grupo y yo voy creando un espectáculo que albergue la sensibilidad de cada uno. Lo que le gusta, lo que se le ocurre hacer en cada ocasión y con cada tema <br /><br />Pareciera que la experiencia que fuiste acumulando, la maduración y el reconocimiento te pesaran en este momento de tu carrera, te quitaran estímulos. Como si entendieras al teatro como una voluntad de oponerse, sólo posible desafiando los obstáculos <br /><br /> A mi me hubiera gustado, o me gustaba en una época, porque era lo único que conocía, el teatro ese de la farándula, el que está en las revistas, en la televisión, hacer películas. El arte para mi se relacionaba con esa industria, por así decirlo, por ese sitio al que se puede acceder por talento, porque te descubren y justo me tocó una época de mucha militancia, de mucha ideología y me encontré con gente que estaba en esta vertiente más de la autogestión, independiente y sin querer fui entrando y fui creciendo porque no tenía nada anterior más allá de esas ínfulas, esos anhelos, esos berretines de lo que me gustaría ser y durante mucho tiempo me olvidé y me salía bien el trabajo que hacía y me pedían y pasó mucho tiempo hasta que me di cuenta que había estado requerido. Eso que quería en ese momento ahora no lo deseo pero ya me cansé de tantos años. Pienso en volver a Córdoba, cerrar algunos proyectos y no hacer nada más. El año pasado pensé en no hacer nada nunca más pero es poco inteligente porque yo no sé si pasado un tiempo de agotamiento qué nuevos estímulos vienen, no soy una persona rígida. <br /><br />Tus diferentes etapas teatrales coinciden casi exactamente con los cambios políticos del país: en los setenta La Chispa, en la dictadura tu exilio en México y el trabajo con Jesusa Rodríguez, a tu regreso con la democracia fundaste el grupo La Cochera en Córdoba. ¿Cómo ves esta época en relación a las condiciones que genera para las distintas producciones teatrales? <br /><br /> A mi me gusta trabajar con los obstáculos. Yo me vine de México, que pasé los siete años del proceso y estaba todo re bien pero yo no encontraba forma de involucrarme con el país, su realidad. Me sentía de vacaciones y de esas forzosas que te querés volver. Trabajaba en lugares poco apropiados y les sacaba provecho. He hecho teatro en lugares incómodos en condiciones de producción precarias y ahí me gustaba encontrar formas de resolver sin medios, no me interesaba toda la maquinaria que podía llegar a funcionar en el teatro. Contradictorio porque es la tercera vez que trabajamos en el San Martín y acá tenés la posibilidad de poner a funcionar toda una institución para que nosotros hagamos nuestra obra, cosa que ha sido muy difícil de sobrellevar para mi porque no sé como responder ante la institución que te ofrece la producción. Ponerme a inventar a ver cómo la aprovecho es lo que me cuesta y no tengo ganas de aprender <br /><br />Es un momento de mayor facilidad para vos <br /><br /> Y ahí ya se me quitan las ganas. Qué tonto ¿no? Justo ahora que se me ofrece todo no quiero. Para alguien que tiene muchos años de trabajo, que es reconocido, que gusta, tiene sus seguidores, se supone que se te facilita, que subsidian mi trabajo si yo me presento, lo que sucede es que muchas veces no me presento porque me gusta este quehacer donde voy de a poco y en los lugares donde hay que presentarse a concurso tenés que tener todo el proyecto y, en mi caso, se termina de armar una semana antes. No tengo ganas de cambiar. No he podido convertirme en una empresa. <br /><br />¿Tenes entre tus proyectos hacer una obra sobre la dramaturgia argentina posmoderna? <br /><br /> Es uno de los trabajos que tengo que estrenar en Córdoba en junio. Se llama Vademécum. Está hecho con el grupo que estrenó la primera obra de la Cochera en 1985 en Córdoba, la obra se llamaba Los delincuentes comunes y el nombre de Los Delincuentes le quedó al grupo que se mantiene intacto .Hemos tomado material del teatro posmoderno, de Luís Cano, Daulte, Tantanían, Bartís, pasamos por la etapa del under que nosotros correspondemos a esa etapa en Córdoba y este grupo ha seguido como si el under hubiera sido una etapa eterna. Acá en Buenos Aires el under ha ido evolucionando, queda la idea del teatro independiente pero no es under, allí el juego histriónico del actor era más importante que la estructura del autor. La nueva dramaturgia, en cambio, no llegó a Córdoba, puede haber llegado porque alguien fue de visita, o algún grupo emuló a los porteños y reprodujo algunas de sus obras pero no es un teatro que tuvo su epicentro en Córdoba. Todo ese teatro que hacia el 2000 comenzó a hablar de la no representación, de lo no dramático, de los cruces. Vamos a tomar ese material y lo vamos a descontextualizar como ellos hacen, vamos a desarmarlo y con eso vamos a armar una reflexión existencial de este grupo, Los Delincuentes, que va desde el histrionismo de los ochenta, el teatro de imagen pasando por los noventa y llegando a hoy. En Córdoba este grupo es muy querido, son muy buenos actores, lo esperan cada vez que hace un nuevo trabajo. Tiene un perfil para Córdoba muy especial y, sin embargo, internamente es otra cosa, porque les falta estímulo, hay que remarles el deseo, no sé si el deseo o el amor propio de volver a hacer otra cosa y estar vigente pero no existe ese estímulo, entonces dentro de la obra el propósito es reconocer esa carencia y llegar al gozo de nuevo. <br /><br />“Lo último que se puede esperar” se presenta en la sala Cunill Cabanellas del Teatro San Martín<br />Miércoles a sábados a las 21 ; domingos a las 20alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-17857633589202168462011-05-08T14:34:00.000-07:002011-05-08T14:36:58.684-07:00No toda es vigilia la de los ojos abiertos<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsAIalQmROv5cWIKwe_jFg72iEm0a1Ypd_Mu1YXEPCxsYGzmqzSvmEC-78YMzvzOI27i0KG7sqwhkRdrSqHxrZMXQQa23fBe9XCfBmIZl0HvVZN2IUJG6fov3i9Vtixhos9iKgSdT3IBE/s1600/EL+CENTESIMO+MONO+1.jpeg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 214px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsAIalQmROv5cWIKwe_jFg72iEm0a1Ypd_Mu1YXEPCxsYGzmqzSvmEC-78YMzvzOI27i0KG7sqwhkRdrSqHxrZMXQQa23fBe9XCfBmIZl0HvVZN2IUJG6fov3i9Vtixhos9iKgSdT3IBE/s320/EL+CENTESIMO+MONO+1.jpeg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5604462489811737058" /></a><br /><br /><em>Una versión de esta nota se publicó el sábado 30 de abril en la revista Debate <br /><br />Por Alejandra Varela </em><br /> Los tres magos se disputan el lugar de maestro de ceremonias. Uno de ellos parece inspirarse en el brillante Joel Grey que en Cabaret era una suerte de narrador, un personaje distante, dueño de artilugios para lograr que la tragedia se rindiera y se dejara transformar en diversión.<br /> Se abre apenas una puertita falsa con el número treinta y tres y el mago espía si su Helena todavía está allí, atenta a los pormenores de una operación que lo mantiene en coma. Es suficiente con que un destello de luz invente un mundo guiado por el inconsciente para poder entrar en la cabeza de un hombre/mago que agoniza. Entonces vuelve Bob Fosse y esa impecable travesía hacia la muerte que es All that jazz y no quedan dudas. Osqui Guzmán ha logrado como director y dramaturgo de El centésimo mono dialogar con ese genio que hizo de su finitud un show que siempre debe continuar.<br />Pero esta historia no tiene un protagonista sino tres. La multiplicación de acciones idénticas es esencial a la trama. Existe un mundo cabalístico, borgeano, donde los magos pueden estar soñando o ser soñados por otros. Tres hombres que sin conocerse realizan las mismas acciones y colman de datos a una especie que, al llegar al número cien, ya habrá enseñado a todos los de su clase el mismo comportamiento. El espectador puede verlos unidos en una sincronización perfecta pero ellos están muy lejos uno del otro. Aguardan, cada uno en su camarín, el momento de salir a escena en un faustuoso cumpleaños donde deberán mostrar sus trucos. Ese momento siempre se posterga y la repetición llama a la risa aunque no tarda en volverse ominosa. <br />Guzmán construye una estructura que envuelve al espectador en un relato onírico. Como en una película de David Lynch, no es la lógica el hilo conductor sino ese estado de ilusión permanente, esos efectos con los que los magos engañan al público, lo entretienen y lo llevan por zonas de una desnudes existencial desconcertante.<br />La magia no funciona como una mera ilustración espectacular sino que se convierte en un recurso narrativo. Guzmán reflexiona sobre esta disciplina, se burla de ciertas poses, discute sus lugares comunes y demuestra que tres magos, con una capacidad histriónica apabullante, pueden construir un texto dramático que encuentra en la indagación técnica, en la búsqueda sobre sus orígenes alquímicos, un motor para cruzar líneas de acción, donde el campo de lo real se vuelve ilimitado. <br />El truco también funciona, por momentos, como una suerte de distanciamiento que interrumpe el anécdota, como si los personajes pudieran entrar y salir de la escena. Dejan suspendido el drama de esa operación que presiona como una tensión dramática y ponen al descubierto la ficción. <br />El encantamiento permite cuestionar la apariencia. Hay algo que siempre se esconde. Los sujetos se aferran a una porción muy breve de la realidad y la totalizan. Guzmán realiza una deconstrucción de los acontecimientos. Los protagonistas, sometidos a la anestesia, pasan a estar en varios sitios a la vez. El cuerpo en la camilla jamás se ve porque no es el dato físico lo que importa aquí, sino los estados mentales que las personas desatienden en su vigilia.<br />Se trata de experimentar con una puesta en escena del inconsciente pero, a diferencia de Artaud que buscaba volver al ritual y acercar a los participantes del hecho teatral a una práctica de la pérdida de si, Guzmán indaga el inconsciente desde el azar de una estructura compleja que se bifurca en el vértigo del sueño, donde todo puede pasar y el protagonista se encuentra desprotegido frente a un hombre que siempre golpea la puerta y siempre desaparece. <br /><br />El centésimo mono con dirección y dramaturgia de Osqui Guzmán se presenta los jueves a las 21 horas en La Carpintería (Jean Jaures 858)<br />Actúan: Marcelo Goobar, Pablo Kusnetzoff y Emanuel Zalduaalejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-86923071699979819002011-05-03T12:05:00.000-07:002011-05-03T12:07:57.223-07:00Cuando el teatro piensa<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPDaZpLmMvQPEqAuf_LGIpieTHityFfAXed22kzvaH3YHeK9cVBAxTSILNpGcTBeSQYFbCVEkZ6HOcHEDThlHazCUcP_nxKZBLwdbFSuvla2LrMZtcNIIqI1CSkHJUNc1TYbkBsVIQyhI/s1600/UN+TRANV%252B%25C3%25ACA+LLAMADO+DESEO_foto+de+G.+Machado+2.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 240px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPDaZpLmMvQPEqAuf_LGIpieTHityFfAXed22kzvaH3YHeK9cVBAxTSILNpGcTBeSQYFbCVEkZ6HOcHEDThlHazCUcP_nxKZBLwdbFSuvla2LrMZtcNIIqI1CSkHJUNc1TYbkBsVIQyhI/s320/UN+TRANV%252B%25C3%25ACA+LLAMADO+DESEO_foto+de+G.+Machado+2.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5602568621584463138" /></a><br />Cronograma de las III Jornadas Nacionales de Investigación y Crítica Teatral<br />Buenos Aires, 2 al 5 de mayo de 2011<br /><br />Un espacio de encuentro y reflexión entre críticos, investigadores, creadores, docentes y estudiantes vinculados a la actividad teatral. Continuando con el objetivo de encontrar puntos de reunión entre teoría y práctica, fortalecer el diálogo y promover el debate y la discusión desde diferentes actividades conferencias, plenarios, foros, talleres, presentación y desmontaje de obras de teatro, entre otras dinámicas de trabajo.<br /><br />Sedes<br /><br />Feria Internacional del Libro: Predio Rural, entrada por Juncal 4431 (y Oro) <br />Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini: Av. Corrientes 1543.<br />MIÉRCOLES 04/05<br />10.30 – 12.00<br />Sala Héctor P. Agosti (Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini: Av. Corrientes 1543.)<br />Foro: Historia de las salas teatrales argentinas. Teatro Municipal General San Martín. Discusión sobre distintas temáticas de un período invisibilizado del teatro nacional. Coordina Carlos Fos. Participan:<br /><br />Azucena Joffe (UBA), María de los Ángeles Sanz (UBA-AINCRIT): “Cuando el San Martín todavía era Corrientes y su paso de teatro comercial a Teatro Independiente, de Corrientes al Teatro del Pueblo.” <br />Juana Lagunas (CCC-UTN): “Teatro Municipal de Buenos Aires, recorrido por las puestas durante la gestión de Tezanos Pinto.” <br />Jimena Trombetta (CONICET-UBA-CCC): “Teatro “La cortina” un mito de ruptura”. <br />Susana Llahí (GETEA-ATINA): “El teatro infantil Lavardén, su historia y presencia en el Municipal”. <br />María Fukelman (UBA-CCC): “El teatro independiente en el Teatro Municipal de Comedia (1944 y 1945)”. <br />Carlos Fos (CTBA-CCC-AINCRIT): “ Relaciones entre Estado y Teatro, un panorama hasta 1943” <br />Karina Mauro (UBA): “El Teatro Popular durante el período 1933-1944” <br />Alejandra Varela (UNLP-CCC): “El problema de la construcción de lo nacional en escena. Sobre la inauguración del Teatro Municipal.” <br />Marcela Montenegro (CCC-UBA): “El Municipal y la danza en el año 44 o las improvisaciones de una gestión.” <br />Marta Casale (UBA): “TEATRO NUEVO (1912-1933): Compañías, repertorios y poéticas actorales.” <br />Susana Shirkin (UBA-USAL): “El Buenos Aires teatral en dos décadas conflictivas. cultura, política y sociedad (1912 -1933)” <br />Lorena Verzero (CONICET-UBA-AINCRIT): “La noción de pueblo en el campo teatral: Intenciones, conflictos y negociaciones de los “teatros para el pueblo” <br />Yanina Leonardi (CONICET-UBA): “Estado y cultura en la década del ‘30: la creación de un teatro municipal”<br />Jueves 05/05<br />9.00 – 10.30<br />Sala Alfonsina Storni (Feria Internacional del Libro: Predio Rural, entrada por Juncal 4431 (y Oro) <br />Mesa: Teatro político, Teatro y política. Coordina Julian Bokser. Participan:<br /><br />Irene Villagra (UBA-CCC) “El público de Teatro Abierto 1981, algunas respuestas” <br />María Elena Troncoso (FFyH, UNC – Sec. Cult. Córdoba) – Carlos Gonella (Fiscal General de la Justicia Federal de Córdoba): “El teatro como constructo de la memoria y la justicia: entre la poesía y la realidad” <br />Alejandra Varela (UNLP): “Política y realidad en el teatro argentino de la postdictadura” <br />Inés Ibarra (IUNA): “El lugar del espectador en la construcción de una estética de teatro popular” <br />Jimena Trombetta (CONICET-UBA-CCC): “Las representaciones cinematográficas y teatrales de Eva Perón y Ernesto Guevara de la Serna como figuras míticas argentinas, y sus influencias en el imaginario social (1983-2010)” <br />Lucas Sebastián Martinelli (UBA-IUNA): “Lo político en el cuerpo: el cuerpo-negro: Madre coraje (Brasil, 2010)”alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-43929947031705736112011-04-22T12:17:00.000-07:002011-04-22T12:19:02.972-07:00Vuelve Esto<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ-IP31OguQm4b76AWSWCvii6rvFnjfZ_Ybc-zABfy28mmTHcxF0i7Le3uBeeJj5CRgoaCHtdRUPZRGaxvWooWp7Mk1fzkNswZu8V8PHGsLilfHWR7ZbaE7I2C3nLoVk1FS8-pCzvUplw/s1600/esto+2.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 241px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ-IP31OguQm4b76AWSWCvii6rvFnjfZ_Ybc-zABfy28mmTHcxF0i7Le3uBeeJj5CRgoaCHtdRUPZRGaxvWooWp7Mk1fzkNswZu8V8PHGsLilfHWR7ZbaE7I2C3nLoVk1FS8-pCzvUplw/s320/esto+2.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5598489582073381074" /></a><br />El próximo SABADO 23 a las 22 hs <br /><br />En EA! (escena Abierta) <br /><br />Córdoba 2365 - TE 493 2429 - Mar del Plata<br /><br />Se presentará la Obra Teatral <br /><br />ESTO <br /><br />de Alejandra Varela <br /><br />“Esto” es el pretexto para mencionar lo que no se quiere decir. <br /><br />"Esto" es intentar encontrar respuestas a cuestiones que subyacen en un clima de tensión y apariencias. <br /><br />Cuando en la obra decimos "esto" el mensaje se desintegra, la información se distorsiona y lo central pierde sentido en una búsqueda estéril. <br /><br />En todo momento los personajes intentarán encontrar un culpable, un chivo expiatorio, para perseguirlo, acosarlo, interrogarlo hasta las consecuencias más impensadas, <br /><br />el único objetivo es el de seguir metidos en su "casita de muñecas" <br /><br />protegidos detrás de una máscara cobarde e hipócrita.- <br /><br />Actúan: <br /><br />Armando González - Mónica Miceli <br /><br />Dolores Perata – Patricia Viglianchino <br /><br />Partitura de Sonidos: Santi lesca <br /><br />Asistencia: Ricardo Peterseim <br /><br />Dirección <br /><br />Daniela Suárezalejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-79334150334439689212011-04-16T17:09:00.000-07:002011-04-16T17:11:48.341-07:00Una fuente desbordante de pecados capitales<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBrThOCWPZMwOU-xz_HX_imU9P3C5apIaSkf8G8O9C4q6XnPRwIRwqGQPEupzlForDZvxQiX0hcoQsvc3BLbQG7ObXN0fVQwAhKhaJFGvp6yT5JneXbWd7N94AgzJvirQdf5xwlKFFwn8/s1600/wallner.bmp"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 97px; height: 150px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBrThOCWPZMwOU-xz_HX_imU9P3C5apIaSkf8G8O9C4q6XnPRwIRwqGQPEupzlForDZvxQiX0hcoQsvc3BLbQG7ObXN0fVQwAhKhaJFGvp6yT5JneXbWd7N94AgzJvirQdf5xwlKFFwn8/s400/wallner.bmp" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5596338504966110258" /></a><br />La niña dibuja en acrílico imágenes brillantes. La estrella de la masonería está entre sus símbolos preferidos y su repetición se propaga como una epidemia en las escenas de El elegido. Todos sus personajes parecen marcados por esta estrella y Alma, la pequeña dibujante autista, se erige muñida de su crayón en la narradora de esta ficción que de lunes a jueves puede verse en la pantalla de Telefé.<br /> Ella lo sabe todo, lo presiente, tiene contacto espiritual directo con Logroñeses (Daniel Fanego), el jefe de la poderosa Logia que maneja los negocios y el destino de todos los personajes de la serie porque “para Alma los autistas somos nosotros ”,frase que señala la esmerada preocupación del guión por exaltar la figura del diferente hasta un sinuoso paroxismo.<br /> Nada de lo que ocurre en El elegido responde al azar de los falsos clímax televisivos. Sus escenas están recargadas de sentido, estalladas de personajes que no sólo encarnan un pecado capital, bajo el amparo del cuadro de El Bosco, sino que componen un abanico de causas sociales que amenaza con desbordar su trama.<br /> Una abogada de atuendo desprolijo, que actúa de agente infiltrado en un estudio recoleto, donde busca información para salvar a los pueblos originarios del despojo de sus tierras (personaje que Paola Krum ve pasar sin entender), tiene de compañera de trabajo a una bella y ambiciosa colega que mantiene bien cerradito el armario de su lesbianismo, interpretada con mucha solvencia por Mónica Antonópulos y unas oficinas más allá está Luciano Cáceres, el hijo del dueño del estudio que es un golpeador empedernido. <br /> Pero lo más divertido es la loca desenfrenada que compone Leticia Brédice. La ruptura impensada que amenaza con hacer estallar esta apología de la corrección política que vino a instalar Pablo Echarri en su rol de productor y, por supuesto, galán de esta serie. <br /> Verónica es una millonaria preciosamente enfundada en tailleur, híper elegante y estructurada, que adora a su marido con desesperación y se esfuerza en contener el desprecio que le provoca esa hija imperfecta y “enferma” que dibuja como un genio pero que ilumina la anormalidad de su propia sangre. Verónica es el esteriotipo de la villana de teleteatro en una intriga que intenta eludir toda frivolidad. Brédice no tiene el menor reparo de hacer de su personaje una caricatura que bordea el mamarracho para pasar, con una suavidad imperceptible, a encontrar el tono justo y brillante que conecta a esta rubia espléndida, dueña de una galería que más se parece a un museo, con el drama de haber sido abusada por su padre de niña, de haber sufrido la muerte de su madre y el odio de su madrastra, como si su vida se tratara de un cuento para chicos poblado de brujas y lobos feroces. <br /> Algo falló para que entre apuestos abogados adictos a la cocaína y obreros combatibos que esconden en su casa a una enfermera abortista, entre piquetes de pueblos originarios y personajes afirmados en una ética que nunca llega al cuerpo de los actores, lo más atractivo se descubra en los terribles personajes de Nevares Sosa, compuesto magistralmente por un histriónico Lito Cruz y Verónica, amigos y cómplices en su modo impúdico de hacer maldades. Y no se trata sólo de buenas actuaciones sino de carisma porque se le perdona a Verónica haber abandonado a su hija en una plaza frente al insípido personaje de Krum, la abogada idealista que enamora al marido de Verónica ,enfundado en el cuerpito atlético de Echarri. Porque las buenas intenciones, la pulcritud política, la densidad social se desmoronan ante esa escena donde Alma, la niña con dotes proféticas , une las manos de su papá y de Mariana como un modo de decirles en silencio que pueden concretar su amor, que ella le teme a su madre, que necesita ser salvada de las garras de Verónica. Después de esta gloria del ridículo pedimos un poco más del show de Brédice que parece reírse de todo y estar contando otra historia. <br /><br />El elegido puede verse de lunes a jueves a las 22:30 por Teleféalejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-87702230278626666552011-04-09T17:22:00.000-07:002011-04-09T17:24:49.156-07:00Del inconveniente de haber nacido<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmNbn86mxyJrM4NqlsubC6YgrVaU-C-ExxT7l-eqwk5XPcqshlnDJNto350f3AAXEVPFi6l1MJe2QfbhX286x5cEDTnlpd4WOQ5kyWtWvMWTgOdI3yBGIP78FYGsZHX_mM9MuwIXFBjwY/s1600/Incriminados+1.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 214px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmNbn86mxyJrM4NqlsubC6YgrVaU-C-ExxT7l-eqwk5XPcqshlnDJNto350f3AAXEVPFi6l1MJe2QfbhX286x5cEDTnlpd4WOQ5kyWtWvMWTgOdI3yBGIP78FYGsZHX_mM9MuwIXFBjwY/s320/Incriminados+1.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5593744260241111506" /></a><br /><em>Una versión de esta nota se publicó en la revista Debate el sábado 19 de marzo<br /><br />Por Alejandra Varela </em><br /> Imposible delimitar un espacio y una época pero está claro que se trata del pasado. <br /> Personajes sin nombre, sin identidad enumeran episodios absolutamente convencionales. Se ubican como narradores de escenas que ya ocurrieron y que no van a representarse ante los ojos del espectador. El territorio de la acción ha quedado en el pasado, estos seres responden a la tradición beckettiana de la quietud, de la acción dramática suspendida, de la expulsión de una vida social donde encarnar un conflicto, llevar a cabo un objetivo, sólo puede despertar la más pavorosa ironía.<br /> Un hombre y una mujer transitan descalzos un plateado camino empinado, o cuesta abajo, según el lugar de la curva que les toque en suerte. Esa escenografía le otorga dinamismo a un texto narrativo escrito por Peter Handke que no está estructurado en torno a una situación dramática. Con inteligencia Leonor Manso entiende, desde su rol de directora, que en esta clase de obras la acción dramática se construye desde la actuación .<br /> Maia Mónaco y Martín Pavlovsky crean el conflicto en la relación entre sus personajes y el espectador. No existen vínculos en la trama más que la casualidad de la serie a la que los personajes narradores pertenecen. Nada los hace brillar y nada termina de hundirlos. El público es el jurado al que ellos se dirigen en su condición de Incriminados. Como en una historia kafkaiana los motivos para sentirse culpables nunca son revelados pero en esa lista incesante de episodios algo rompe la trivial monotonía.”Me engendraron. Me dieron a luz. Sólo dije lo que los otros habían dicho; sólo pensé lo que los otros habían pensado". Como en Samuel Beckett se respira en Handke el desencanto ante el sujeto. Hasta el ser más inocente ha sido cómplice de la infamia.<br /> Pero Handke se distancia de Beckett cuando puede humanizar a sus personajes al permitirles un atisbo de culpa. Gracias a las perfectas actuaciones de Pavlovsky y Mónaco el espectador se podrá sentir identificado durante algunos segundos y también rechazará la culpa bajo la sospecha de que el posible incriminado pueda estar sentado en su butaca. <br /> La puesta de Manso recuerda aquella esfera donde perdían el tiempo los personajes de Esperando a Godot, obra que dirigió en los años noventa. El diálogo entre el texto de Beckett y la dramaturgia de Handke podría ser un lugar común en la teatralidad que se instala en la Europa de los años sesenta pero Handke realiza una lectura política de la tradición beckettiana. No se trata de la pasividad como falso cliché de profundidad, sino de sujetos que han sido derrotados. Si no se desarrollan episodios arriba del escenario es porque la sociedad toda ha perdido la capacidad de intervenir sobre la realidad. <br /> Incriminados tiene las marcas de un autor austriaco, ermitaño, eterno candidato al Premio Novel del que parece haberse alejado definitivamente el día que decidió asistir al entierro de Milosevic. Su puesta en escena en una Argentina que está mirando de frente las zonas más vergonzosas de su historia, que está haciendo de la memoria un acto de interpelación sobre su presente, puede ser una excusa para rastrear las responsabilidades sociales, los silencios, para asomarse a ese teatro que suele enfrentar al público con una escena que nunca hubiera querido ver. <br /><br /><em>Incriminados, con dirección de Leonor Manso y las actuaciones de Maia Mónaco y Martín Pavlovsky se presenta los domingos a las 19 horas en la Sala Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación. </em>alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-43112541968978178132011-03-27T14:11:00.000-07:002011-03-27T14:14:29.671-07:00El hombre que confundió a su mujer con un sombrero<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqfKiTOTlJ7EbzAGMMIYQpGOvsmlfqV6Maj1N-zye39y6yJ20x9BgbPTm2DglVPi4B_vazw3YyrGqqVdQYVjIhf6lR-MKpnBbFQnH8TkWigRncoV1qzx-pCerdmRcDmjEVye6yOTkWJCU/s1600/alice-print-i10356222.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 107px; height: 160px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqfKiTOTlJ7EbzAGMMIYQpGOvsmlfqV6Maj1N-zye39y6yJ20x9BgbPTm2DglVPi4B_vazw3YyrGqqVdQYVjIhf6lR-MKpnBbFQnH8TkWigRncoV1qzx-pCerdmRcDmjEVye6yOTkWJCU/s320/alice-print-i10356222.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5588871104971792594" /></a><br /><em>Una versión de esta nota salió publicada el sábado 12 de marzo en la revista Debate <br /><br />Por Alejandra Varela </em><br /> Soy el doctor Cooper y voy a hablarles de mis pacientes. Ustedes saben que el consultorio de un psicoanalista es un recibiente cargado de rarezas. Almas que quieren librarse de sus obsesiones, cuerpos que repiten rituales salvadores, se empeñan en conquistar la tan preciada normalidad. Aquello que los distingue se convierte en una mueca demasiado estridente que los aleja del eterno sueño de ser igual a los otros. Podría tratarse de un drama pero existe el humor para eludir la tragedia. <br /> Mi consultorio está instalado en una de las salas del Multiteatro. Allí la platea estalla de risa, yo sospecho porque se siente identificada con el Trastorno Obsesivo Compulsivo de mis pacientes. Un taxista que no puede parar de hacer cálculos, una señora pudorosa que presiente la catástrofe de haber olvidado cerrar una canilla o la llave del gas y se desespera al imaginarse el escenario de su casa inundada o estallando en mil pedazos, permiten esa catarsis curativa, ese juego de distorsionar el llanto hasta volverlo comedia. La risa es una forma de distanciamiento.<br /> Muchos podrán decir que Laurent Baffi hizo de mi método terapéutico una obra de teatro comercial y ya sabemos que esta clase de obras despiertan la suspicacia del público culto. Pero también podría pensarse como una versión liviana y divertida de Esperando a Godot. Yo me demoro en un aeropuerto y mis pacientes deben llenar el tiempo con juegos y conversaciones que los ayudan a intercambiar datos y soluciones sobre sus males.<br /> Con solo caminar unos días por las callecitas psi de Buenos Aires me doy cuenta de que mis historias son fácilmente comprensibles para cualquier porteño que conozca de oído el psicoanálisis pero por las dudas le pedí a Jorge Schussheim que se ocupara de repensar la dramaturgia bajo la cotidianidad argentina. La solvencia de su adaptación es el punto de partida para lograr la apropiación, de parte de los actores, de un texto que no parece resultarles ajeno.<br /> Baffie construye con mis pacientes personajes que tienen un motor interno imparable. Creadores infatigables de acciones que le otorgan variados recursos a los acotres. Flotan en una sociedad que los confunde, culpable del terror de Otto ante las rayas dibujadas en el piso, o de las repeticiones encantadoras de Lili que no puede decir frase alguna si después no la reitera con gestos y entonaciones, pero el detonante de sus males queda fuera de escena. La risa está en los efectos permanentes que cargan las situaciones. Si algo detuviera esa dinámica el humor se evaporaría. <br /> Lía Jelín lo sabe por eso sostiene la dirección en un trabajo actoral extrovertido, donde cada réplica debe adelantarse a la cabeza del espectador. Toc toc es una clase de comedia que requiere un trabajo actoral de conjunto. A diferencia de los dramaturgos argentinos que suelen pensar textos centrados en un capo cómico, Baffie apuesta a un grupo de actores al que les exige cierta paridad en su desempeño. Jelín lo logra al conseguir armonizar los diferentes registros histriónicos de Mauricio Dayub, María Fiorentino, Daniel Casablanca, Melina Petriela, Gimena Riesta y Diego Gentile, no sin tensiones, no sin ciertas diferencias de origen y pasado teatral que ayudan a encender la chispa de esos seres que pelean por hacer de su Trastorno Obsesivo Compulsivo un gesto apenas perceptible. <br /> Yo sigo en la butaca, riéndome de lo lindo y después me escabullo sin ser reconocido entre la multitud que camina por la calle corrientes, me parece que hablan de mi. <br /><br /><em>Toc Toc se presenta en el Multiteatro.<br />Miércoles y jueves 21: 30 <br />Viernes y sábados 21 y 23:15<br />Domingos 20: 30 </em>alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-58512872514005033822011-03-25T11:52:00.000-07:002011-03-25T11:54:20.282-07:00Nunca Más y Nunca Menos<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUWTweSunecx4dZvJ4FuJCmGA9eu3cNhKolbG1_aumL46EGzxXwehcGYzYgJRng1Yua62e4xxDs7nx-8TdZTydhPZ5ACUhGRkmjCSsc8at6QF62sYSB6ZHTuuelXs2FXNu19Pzf8NyYq0/s1600/hebe01.png"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 72px; height: 72px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUWTweSunecx4dZvJ4FuJCmGA9eu3cNhKolbG1_aumL46EGzxXwehcGYzYgJRng1Yua62e4xxDs7nx-8TdZTydhPZ5ACUhGRkmjCSsc8at6QF62sYSB6ZHTuuelXs2FXNu19Pzf8NyYq0/s320/hebe01.png" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5588092816898165378" /></a><br />Ayer, en la plaza, recordaba esa otra plaza de hace diez años. Cuando se cumplieron 25 años del golpe de estado de 1976, yo estaba en esa misma plaza con mi amiga Marianela. Es otro de los 24 de marzo que no se me olvidan porque en ese momento, en el año 2001 se estaban votando en el congreso los super poderes para Domingo Cavallo. Había una tristeza en esa plaza que funciona como el negativo perfecto de la alegría de ayer. Me acuerdo que me quedé a dormir en la casa de Marianela, era sábado y al otro día leíamos la edición del domingo de Página/12 y había una nota de Eduardo Grüner donde sostenía que en ese mismo momento se estaba consumando otro golpe de estado más sofisticado y pacifico que le estaba regalando el poder a ese siniestro ministro de economía. <br /><br /> Unos meses después, en la casa de mi amiga Marianela, nos despertamos un domingo de diciembre con la noticia del corralito. Otro dato más de la complicidad de los medios con la estafa neoliberal: la noticia del corralito se publicó un domingo. Para tener en cuenta. <br /><br /> Pensaba también desde esos recuerdos y desde este presente que con diez años menos jamás me hubiera podido imaginar que quienes quisieron cambiar el país, finalmente lograron cambiarlo. No de la manera que ellos imaginaron, la historia siempre ocurre de un modo impensado, pero lo cambiaron a partir de sus Madres que son nuestras Madres, de Néstor y Cristina como la reserva particular de esa generación y, como sabiamente dijo Taty, Néstor y los treinta mil no fueron enterrados sino sembrados en todos aquellos que decimos : “Nunca más y nunca menos”alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-869094167514437256.post-24805155785530092352011-03-13T15:32:00.000-07:002011-03-13T15:33:53.079-07:00Vuelven los 70<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeENJreSC9HlHMTQFit8Pj1fEDx0PeDZVMoKBJtYqH65HitmuQYTEGf1xl2y6BXUVUgySVGDJah8jyDMuW6Dr13Ptez3D3rZezM3zGSa8jtPkSh36_xLXRyQ11Bb9b1o5MytlHr4nSsBA/s1600/cfk+somos+nosotros.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 206px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeENJreSC9HlHMTQFit8Pj1fEDx0PeDZVMoKBJtYqH65HitmuQYTEGf1xl2y6BXUVUgySVGDJah8jyDMuW6Dr13Ptez3D3rZezM3zGSa8jtPkSh36_xLXRyQ11Bb9b1o5MytlHr4nSsBA/s320/cfk+somos+nosotros.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5583696381060584514" /></a><br />Desde su discurso de asunción, Néstor Kirchner recuperó el mito de los setenta como un recurso para asignarle sentido a la política. Desde ese comienzo, en el año 2003 fue duramente cuestionado por el modo en que instauró ese pasado en el presente.<br /><br /> Las criticas eran diversas . Por un lado se acusaba a los Kirchner de asentarse en una historia de la que no habían formado parte, pero, contradictoriamente, quienes intentaban validar una acción del presente en relación a hechos pasados también sostenían que la política de derechos humanos era una estrategia cómoda que les servía para eludir las demandas de la coyuntura. <br /><br /> En realidad, si causa tanta irritación el modo en que el kirchnerismo recupera el mito de los setenta y su manera de institucionalizar la política de derechos humanos es, justamente, porque logró darle un fuerte valor de presente. Mientras que en los noventa toda enunciación de ese pasado setentista generaba una política meramente rememorativa, el kirchnerismo supo pensar ese pasado para interpelar el presente. Tuvo tanta actualidad el modo en que articuló esa gesta setentista que le trajo más problemas que beneficios. No creo que le haya sumado votos, lo que si generó fue un mayor nivel de conflictividad, de polémica, características de una sociedad activa y pensante que asume posicionamientos. Las decisiones del kirchnerismo siempre fueron riesgosas. <br /><br /> Si el progresismo se enemistó con el kirchnerismo por su modo de reinstalar el mito setentista no fue porque se quedó en la fachada, o la superficie, sino porque pudo darle fuerza y vigencia a partir de su articulación de lo coyuntural con lo histórico. Eso fue lo imperdonable, que aquello que debía quedar en el pasado se convirtiera en un presente activo, variado, diferente a ese tiempo histórico pero con la capacidad de reelaborar una discusión en la propia acción política. <br /><br /> La vuelta a la política que se celebra a partir del gobierno de Néstor Kirchner está totalmente relacionada con el modo en que supo darle vigencia a esa experiencia frustrada, inconclusa de los setenta. Lo que había sido rememoración de una política de la derrota, lo que se evocaba con dolor se convirtió, gracias al kirchnerismo en un motor apasionado de lucha, en la apuesta a la acción,a la militancia y el protagonismo de los jóvenes. <br /><br /> Casi como si se tratara de una película, de una narración planeada por un novelista, tal vez en ese café literario en el que Kirchner había manifestado refugiarse el día en que Cristina Fernández asumió la presidencia, todo terminó de hacer síntesis los días de las exequias de Néstor. <br /><br /> La realidad es así de elocuente, a veces. La presencia de una sociedad conmovida e invisibilizada que se plantó como un sujeto histórico imprescindible para seguir adelante con este proyecto, mostró su punto más alto en la aparición de la juventud. No porque la política tenga que pensarse en términos generaciones, en lo personal no me interesa la discusión en términos etarios, creo que es imprescindible la presencia de variadas generaciones. Pero hay un dato que me parece fundamental: esos jóvenes remiten a la juventud de los setenta y su presencia destacada a nivel numérico en cada acto demuestra la efectividad de esa política que diseño Kirchner el día que manifestó estar emocionado porque hacía treinta años él estaba en esa misma plaza con Cristina festejando la asunción de Cámpora. Yo lo miraba con desconfianza en ese momento pero lo que me sorprendió fue que los padres de mis amigos que militaron en los setenta dejaron su sillón y se fueron corriendo a la plaza de mayo.<br /><br /> La nueva estrategia de la derecha (para ser generosa porque estrategia no tienen) es tratar de socavar ese mito de los setenta. Ahora lo que hacen es demonizar esos años a partir de argumentos cada vez más groseros. <br /><br /> La Cámpora no es una agrupación que reivindique la figura de Héctor Cámpora, personaje menor de la historia, lo que toma es esa euforia de la primavera camporista. Esa felicidad ante el fin de la proscripción del peronismo, esa sensación de triunfo que se respiró con la amnistía, ese sueño cumplido de la vuelta de Perón. En esos días esos jóvenes creyeron que tenían la historia en sus manos. Esa sensación que para los que nacimos a finales de los setenta parecía imposible la podemos vivir hoy con una idea de futuro más auspiciosa. Resulta increíble pero la continuidad entre ese discurso de Néstor de 2003 con este presente parece perfecta. Entonces la derecha se vale del recuerdo doloroso de lo que vino después. Quieren comparar los conflictos de este peronismo con las batallas sangrientas entre López Rega y los Montoneros. Aquí no hay listas negras, ni organizaciones armadas, ni grupos de tareas. Aparece Lanata diciendo que el gobierno manda al frente a los jóvenes y él teme que mueran sus hijos. Periodistas de cotillón quieren ver un lenguaje belicoso en ese león herbívoro que es Horacio González. El plan es: destruyamos el mito de los setenta a partir del miedo. <br /><br /> La inteligencia de Kirchner fue la de recuperar la figura del militante porque esa figura no se queda en el pasado, para existir tiene que tener un fuerte arraigo en el presente. Le ganó a la izquierda porque su construcción en relación al setentismo siempre tuvo que ver con la figura del héroe mártir. Ser militante era caer preso, ser reprimido por la policía, su identidad se asentaba en el padecimiento. Kirchner se afirmó en el lugar más vital de esa generación y pudo impregnar de entusiasmo a una sociedad como pocas veces se ha visto en nuestra historia. <br /><br /> Como la derecha no sabe muy bien como enfrentarse a este presente intenta disputar una vez más la interpretación sobre el pasado con la esperanza de cambiar el sentido de lo real. La discusión en torno a la presencia de Mario Vargas Llosa en la feria del libro (aunque ese es tema para otro post) debe ser leída en el marco de esta disputa. González busca recuperar la figura del polemista que está lejos de toda censura y autoritarismo, que es una voz que se planta para buscar la confrontación, la disidencia como motor del pensamiento y toda una derecha de pocos reflejos intenta encontrar allí una carga belicosa, intolerante, una lucha armada en potencia.alejandra varelahttp://www.blogger.com/profile/01483682134647188411noreply@blogger.com0