domingo, 29 de agosto de 2010
Para la tribuna
El martes mi curiosidad por mirar los programas de TN se parecía bastante al interés que me mueve a espiar el programa de Mariano Grondona. Siento que puedo acceder a la intimidad de una charla en el living de la derecha Argentina.
Quería saber si estaban decididos a tratar el tema de Papel Prensa o habían elegido la estrategia del ninguneo. Como todos saben en el programa “Palabras más, palabras menos” se presentaron dos entrevistas, una a Jorge Fontevecchia y otra a Jorge Lanata con la clara finalidad de mostrarlos como dos directores de diarios que habían sufrido el monopolio de Papel Prensa y habían combatido contra él pero que no estaban de acuerdo con el gobierno nacional dentro de este conflicto. Las entrevistas tenían la particularidad de haber sido grabadas un día antes del discurso de la Presidenta. Se cometió allí un error periodístico bastante grosero, se opinó sobre un hecho que todavía no había tenido lugar basándose en la suposición de que Cristina Fernández iba a anunciar la intervención o la apropiación de Papel Prensa.
Ocurrió algo muy diferente, la Presidenta decidió que la investigación por crímenes de lesa humanidad iría a parar a la justicia y que de la democratización de la venta y producción de papel se encargaría el Congreso. Veíamos entonces a Fontevecchia y Lanata rasgándose las vestiduras porque el kirchnerismo actuaba como si fuera el poder judicial y el legislativo. Del autoritarismo oficialista y de la desmesura de poder que posee Néstor Kirchner se habló hasta el hartazgo.
La pregunta que me hago como periodista es ¿por qué los responsables del programa decidieron emitir estas entrevistas sin , al menos, suprimir esas opiniones que ya habían sido refutadas por la realidad? Hoy Eduardo Anguita da una respuesta que comparto pero me gustaría agregar un dato más. Anguita sostiene que el propósito del programa era mostrar el alineamiento de Fontevecchia y Lanata con Clarín ,más allá de la veracidad de sus opiniones . A mi me parece que hay otra intencionalidad, tal vez más estructural en el armado discursivo del Grupo Clarín que esta acertada lectura de Anguita. Los editores y responsables del programa de Ernesto Tenembaum y Marcelo Zlotogwiazda pasaron estas entrevistas que habían perdido su valor periodístico porque su propósito no es informar ni decir la verdad, sino confundir. Ellos le hablan a un ciudadano distraído, siempre desconfiado del poder que no se tomó el trabajo de escuchar un discurso de una hora y veinte, que tal vez no sabe nada del manejo de Papel Prensa ni de la forma en que se consiguieron sus acciones , que se sienta a mirar la tele y toma como verdadero el discurso de Lanata simplemente porque cree en ese periodista. Lo que en el barrio llaman hablar para la gilada. Ese es el propósito de TN y de todos los medios del grupo Clarín, aprovecharse del desinformado, del distraído, de ese ciudadano que no se preocupa por pensar, razonar y sacar sus propias conclusiones sino que sigue apostando, como a una tabla de salvación, al sujeto que no piensa y cree lo que le dicen los periodistas de renombre.
Para ellos la verdad no será la palabra y las decisiones de Cristina Fernández, ni los hechos de su vida cotidiana, sino las afirmaciones de un medio que ha lustrado su respetabilidad señalando con el dedo al poder de turno. Ese poder que en algún pasado no muy lejano lastimó al previsible ciudadano descreído
No sé cuantas personas que respondan a esta caracterización existen hoy en la Argentina. Tal vez son menos que en otras épocas pero siguen siendo millones. Hay sectores políticos y mediáticos que saben que pueden sostener su imperio gracias a su ingenua estupidez. Este sector deberá recobrar su ciudadanía y empezar a analizar los hechos para encontrar y fundamentar su verdad.
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