domingo, 22 de agosto de 2010

La iglesia K


Tomás Abraham utiliza en su nota “Cuestión de fe” publicada en el diario Perfil, un método que de manera impertinente voy a llamar acumulativo ,donde primero muestra cierta complacencia hacia el sectarismo de los grupos políticos, para pasar sin solución de continuidad a enumerar los modos en que “Hannah Arendt describe el sistema de anillos concéntricos de los partidos totalitarios” para finalmente desembocar en la intelectualidad kirchnerista. Estrategia fácil para llevar sin ningún tipo de argumentación a deducir que el kirchnerismo es autoritario. Mucho más cuando se especula con algún lector distraído o poco atento.

“El mundo cultural kirchnerista desde Carta Abierta a Página 12, se ha convencido que son parte de una cruzada moral que les exige una lealtad ya no peronista, que hemos visto que es variopinta, sino una fidelidad religiosa hacia un gobierno pragmático que negocia de acuerdo a una estrategia flexible, con aliados en todas las esferas, respondiendo a intereses que están en las antípodas de la sociedad, variando el rumbo según las circunstancias, y estableciendo alianzas que se rompen o se recomponen por los dictados de la coyuntura y las necesidades del poder.” Abraham describe con absoluta naturalidad una serie de situaciones que poco tienen que ver con lo real. Si el gobierno de Cristina Fernández fuera tan flexible y pragmático habría negociado con la patronal rural y no hubiera sostenido un conflicto que continúa hasta hoy y que tuvo un costo político altísimo. Cuando se usan expresiones como “intereses que están en las antípodas de la sociedad” nunca sé como hacen para saber lo que la sociedad realmente quiere. Pero esta frase supone que el gobierno tendría que responder a un imaginado deseo de no conflicto que estaría rondando en la cabeza de la ciudadanía. Esa frase fue la muletilla de los medios durante el lock out agrario. Me resulta demasiado contradictorio. Por una lado son pragmáticos pero es un pragmatismo medio trucho porque no hacen lo que quiere la gente o lo que les convendría sino que ese pragmatismo los lleva a enfrentarse con el grupo Clarín y la patronal rural,es decir a dar las batallas que desde el regreso de la democracia ningún gobierno se animó a enfrentar.

La estrategia de Abrahán es la de muchos intelectuales y periodistas. Vaciar de contenido las decisiones políticas del kirchnerismo y negar la realidad que construyen pensando cada una de sus acciones como una gran ficción

“La táctica de esta corporación de intelectuales, periodistas y gente de la cultura es soslayar las contradicciones que perciben y los incomoda, descargando sus cartuchos a una oposición poco creíble, decadente, y sin futuro de poder. “ Pienso que, contrariamente a lo que plantea Abraham, al volver a pensar la política desde el conflicto, el kirchnerismo permitió iluminar mucho más las contradicciones. No existe decisión política que no encierre contradicciones porque no se puede ser puro en política, tampoco se puede ser un sujeto de una sola pieza. Si entendemos la política desde las relaciones de fuerza cada decisión se abre a un universo de contradicciones. Me parece que es justamente la oposición la que busca negar las contradicciones para presentar argumentos desde una linealidad absoluta. Las contradicciones no le quitan valor de realidad ni de verdad a las acciones, simplemente las ubican en un escenario donde podrán ser o no capitalizadas, integradas a un universo histórico que le de nuevos sentidos.

“Sienten que el infierno los espera si se atreven a dudar, tomar distancia, y asumir una actitud crítica sin banderas” No sé cuales son los argumentos de Tomás Abraham para sostener que el mundo cultural kirchnerista no es un universo crítico. Lo que yo pude conocer, y lo que yo puedo expresar como una singularidad tal vez poco importante para Abraham, es un espacio múltiple donde existen muchísimas dudas pero las dudas no impiden la adhesión. Me parece que Abraham establece una fuerte sospecha sobre cualquier creencia política (o sobre esta en particular porque se dirige a una forma política que está en el gobierno) la sospecha de una suerte de ateísmo político que considera que toda creencia política es dogmática y que por esa razón se trata de una cuestión de fe, como expresa en el título de su artículo. Una fe que, como todos sabemos, elude cualquier razonamiento. Se es kirchnerista porque se elige no pensar, parece decir Abraham, subestimando una decisión tan crucial y difícil como la de autodefinirse oficialista. Otro manera de borrar al otro, negar una experiencia que se sostiene en un modo de pensar y materializar la historia. Decir : si creen en los Kirchner es porque tienen la necesidad de creer en algo

“Es muy rara esta situación entre una cúpula gobernante que calcula cada paso que da, que acumula poder sin ningún escrúpulo, que flota en antecedentes que así lo confirman, y una orden claustral que protege principios igualitarios, emancipatorios, con la letra de un canon de progresía inviolable que se hace llamar con el extraño nombre de modelo.” ¿Qué es acumular sin ningún escrúpulo? ¿Estatizar las AFJP? ¿Dar aumentos a los jubilados? ¿Sacar la ley de medios? Es Abraham el que no ve contradicciones. Piensa al Kirchnerismo como una máquina de acumular sin tomar los datos de la realidad que pueden refutar esta idea absoluta y ve a la intelectualidad kirchnerista como un todo homogéneo, plano, sin variantes. Todo parece ser un a priori, un gran prejuicio que el destacado filósofo no se preocupa en poner a prueba porque la verdad estaría de su lado, porque los kirchneristas somos seres inferiores que elegimos creer sin pensar.

2 comentarios:

  1. Te invito a leer la nota
    LILITA Y PINO UNIDOS POR FIBERTEL
    Si te gusta, hacete miembro del blog. y te felicito por el blog.
    Te invito a conocer el mío que es de humor nacional y popular.
    Multiplicar es la tarea, sí q te invito a que nos hagamos seguidores mutuos

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  2. Néstor:

    Muchas gracias. Voy a visitar tu blog.

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