viernes, 25 de marzo de 2011

Nunca Más y Nunca Menos


Ayer, en la plaza, recordaba esa otra plaza de hace diez años. Cuando se cumplieron 25 años del golpe de estado de 1976, yo estaba en esa misma plaza con mi amiga Marianela. Es otro de los 24 de marzo que no se me olvidan porque en ese momento, en el año 2001 se estaban votando en el congreso los super poderes para Domingo Cavallo. Había una tristeza en esa plaza que funciona como el negativo perfecto de la alegría de ayer. Me acuerdo que me quedé a dormir en la casa de Marianela, era sábado y al otro día leíamos la edición del domingo de Página/12 y había una nota de Eduardo Grüner donde sostenía que en ese mismo momento se estaba consumando otro golpe de estado más sofisticado y pacifico que le estaba regalando el poder a ese siniestro ministro de economía.

Unos meses después, en la casa de mi amiga Marianela, nos despertamos un domingo de diciembre con la noticia del corralito. Otro dato más de la complicidad de los medios con la estafa neoliberal: la noticia del corralito se publicó un domingo. Para tener en cuenta.

Pensaba también desde esos recuerdos y desde este presente que con diez años menos jamás me hubiera podido imaginar que quienes quisieron cambiar el país, finalmente lograron cambiarlo. No de la manera que ellos imaginaron, la historia siempre ocurre de un modo impensado, pero lo cambiaron a partir de sus Madres que son nuestras Madres, de Néstor y Cristina como la reserva particular de esa generación y, como sabiamente dijo Taty, Néstor y los treinta mil no fueron enterrados sino sembrados en todos aquellos que decimos : “Nunca más y nunca menos”

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